16/06/2018

Confissões – 02



Confissões

Poço de orgulho

Com a sua sabedoria de Mãe dizia-me - mais vezes do que gosto de recordar - 'és um poço de orgulho!'

A minha querida Mãe dizia a verdade e, hoje, já com esta idade, reconheço que tinha - e continua a ter - carradas de razão.

O pior, é que me parece, cada vez mais, que este "poço" não tem fundo!


(AMA, reflexões, 2017)



[i] Resolvi passar à escrita um conjunto de reflexões que têm como sub-título:  Confissões

Se se quiser, poderia chamar-se reflexões sobre mim ou, talvez exame pessoal.

Não sei qual será a utilidade para os eventuais leitores - nem isso me preocupa - mas dada a minha condição de viúvo vivendo sozinho, talvez que alguém encontre alguma "pista" de como lidar com situações peculiares.

Exponho-me, é verdade, mas tenho bem presente que 'não há nada escondido que não acabe por se saber ', e, assim, decidi.


Santíssima Virgem



Hijo de hippies, ateo sin bautizar, se puso a rezar el Rosario por relajarse… y la Virgen actuó

Publicações em 16 de Junho

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Publicações em 16 de Junho 2018:









Sem Ele nada podemos

Quando sentires o orgulho que ferve dentro de ti – a soberba! –, que faz com que te consideres um super-homem, chegou o momento de exclamar: – Não! E, assim, saborearás a alegria do bom filho de Deus, que passa pela terra com erros, mas fazendo o bem. (Forja, 1054)

Vedes como é necessário conhecer Jesus, observar amorosamente a sua vida? Muitas vezes fui à procura da definição da biografia de Jesus na Sagrada Escritura. Encontrei-a lendo aquela que o Espírito Santo faz em duas palavras: pertransiit benefaciendo. Todos os dias de Jesus Cristo na terra, desde o seu nascimento até à morte, pertransiit benefaciendo, foram preenchidos fazendo o bem. Como, noutro lugar, a Escritura também diz: bene omnia fecit, fez tudo bem, terminou bem todas as coisas, não fez senão o bem.

E tu? E eu? Lancemos um olhar para ver se temos alguma coisa que emendar. Eu, sim, encontro em mim muito que fazer. Como me vejo incapaz, só por mim, de fazer o bem e, como o próprio Jesus nos disse que sem Ele nada podemos, vamos tu e eu implorar ao Senhor a sua assistência, por meio de sua Mãe, neste colóquio íntimo, próprio das almas que amam a Deus. Não acrescento mais nada, porque é cada um de vós que tem de falar, segundo a sua particular necessidade. Por dentro, e sem ruído de palavras, neste mesmo momento em que vos dou estes conselhos, aplico esta doutrina à minha própria miséria. (Cristo que passa, 16)

Temas para reflectir e meditar

Juventude

Como é possível estar alegres ante a doença e na doença, ante a injustiça e sofrendo injustiça? 

Não será essa alegra uma falsa ilusão ou uma escapatória irresponsável? 

Não! 

A resposta dá-no-la Cristo: só Cristo! 

Só n’Ele se encontra o verdadeiro sentido da vida pessoal a chave da história humana. 

Só n’Ele – na Sua doutrina, na Sua Cruz Redentora, cuja força de salvação se torna presente nos Sacramentos da Igreja – encontrareis sempre a energia para melhorar o mundo, para o tornar mais digno do homem, imagem de Deus, para o tornar mais alegre.

Cristo na Cruz: esta é a única chave autêntica. 

Na Cruz, Ele aceita o sofrimento para nos fazer felizes; e ensina-nos que, unidos a ele, também nós podemos dar um valor de salvação ao nosso sofrimento, que assim se transforma em gozo: na alegria profunda do sacrifício pelo bem dos outros e na alegria da penitência pelos pecados pessoais e os pecados do mundo.

Na Cruz de Cristo, portanto, não há lugar para o temor, para a dor, porque entendemos que na dor se manifesta o amor: a verdade do amor, do nosso amor a Deus e a todos os homens.



(Álvaro del Portillo, Homilia na Missa no Jubileu da Juventude, 1984.04.12)




Evangelho e comentário


Tempo comum


Evangelho: Mt 5, 33-37

33 «Do mesmo modo, ouvistes o que foi dito aos antigos: Não perjurarás, mas cumprirás diante do Senhor os teus juramentos. 34 Eu, porém, digo-vos: Não jureis de maneira nenhuma: nem pelo Céu, que é o trono de Deus, 35 nem pela Terra, que é o estrado dos seus pés, nem por Jerusalém, que é a cidade do grande Rei. 36 Não jures pela tua cabeça, porque não tens poder de tornar um só dos teus cabelos branco ou preto. 37 Seja este o vosso modo de falar: Sim, sim; não, não. Tudo o que for além disto procede do espírito do mal.»

Comentário:

Há, evidentemente, juramentos, que fazem parte de rituais solenes mas, fora estes, jurar seja pelo que for ou a propósito do que seja, não só não faz sentido como deve ser evitado a todo os custo.

Não fará sentido, sobretudo, porque o cristão é homem de palavra, faz o que diz e diz o que faz e, os outros, acreditam nele porque veem o exemplo que dá: pessoa em quem se acredita e confia.

(AMA, comentário sobre Mt 5, 33-37, 17.06.2017)

Leitura espiritual


LIBRO DE LA VIDA 63


Segundo a edição de 1562


PRÓLOGO



CAPÍTULO 39


8. Ahora que digo de «verdadera vista», me acuerdo de los grandes trabajos que se pasan en tratar (personas a quien Dios ha llegado a conocer lo que es verdad) en estas cosas de la tierra, adonde tanto se encubre, como una vez el Señor me dijo. Que muchas cosas de las que aquí escribo, no son de mi cabeza, sino que me las decía este mi Maestro celestial. Y porque en las cosas que yo señaladamente digo «esto entendí», o «me dijo el Señor», se me hace escrúpulo grande poner o quitar una sola sílaba que sea; así, cuando puntualmente no se me acuerda bien todo, va dicho como de mío; porque algunas cosas también lo serán; no llamo mío lo que es bueno, que ya sé no hay cosa en mí, sino lo que tan sin merecerlo me ha dado el Señor; sino llamo «dicho de mí», no ser dado a entender en revelación.

9. Mas ¡ay Dios mío, y cómo aun en las espirituales queremos muchas veces entender las cosas por nuestro parecer, y muy torcidas de la verdad también, como en las del mundo, y nos parece que hemos de tasar nuestro aprovechamiento por los años que tenemos algún ejercicio de oración, y aun parece queremos poner tasa a quien sin ninguna da sus dones cuando quiere, y puede dar en medio año más a uno que a otro en muchos! Y es cosa ésta que la tengo tan vista por muchas personas, que yo me espanto cómo nos podemos detener en esto.

10. Bien creo no estará en este engaño quien tuviere talento de conocer espíritus y le hubiere el Señor dado humildad verdadera; que éste juzga por los efectos y determinaciones y amor, y dale el Señor luz para que lo conozca. Y en esto mira el adelantamiento y aprovechamiento de las almas, que no en los años; que en medio puede uno haber alcanzado más que otro en veinte. Porque, como digo, dalo el Señor a quien quiere y aun a quien mejor se dispone.

Porque veo yo venir ahora a esta casa unas doncellas que son de poca edad, y en tocándolas Dios y dándoles un poco de luz y amor - digo en un poco de tiempo que les hizo algún regalo -, no le aguardaron, ni se les puso cosa delante, sin acordarse del comer, pues se encierran para siempre en casa sin renta, como quien no estima la vida por el que sabe que las ama. Déjanlo todo, ni quieren voluntad, ni se les pone delante que pueden tener descontento en tanto encerramiento y estrechura: todas juntas se ofrecen en sacrificio por Dios.

11. ¡Cuán de buena gana les doy yo aquí la ventaja y había de andar avergonzada delante de Dios! Porque lo que Su Majestad no acabó conmigo en tanta multitud de años como ha que comencé a tener oración y me comenzó a hacer mercedes, acaba con ellas en tres meses -y aun con alguna en tres días-, con hacerlas muchas menos que a mí, aunque bien las paga Su Majestad. A buen seguro que no están descontentas por lo que por El han hecho.

12. Para esto querría yo se nos acordase de los muchos años a los que los tenemos de profesión y las personas que los tienen de oración, y no para fatigar a los que en poco tiempo van más adelante, con hacerlos tornar atrás para que anden a nuestro paso; y a los que vuelan como águilas con las mercedes que les hace Dios, quererlos hacer andar como pollo trabado; sino que pongamos los ojos en Su Majestad y, si los viéremos con humildad, darles la rienda; que el Señor que los hace tantas mercedes no los dejará despeñar. Fíanse ellos mismos de Dios, que esto les aprovecha la verdad que conocen de la fe, ¿y no los fiaremos nosotros, sino que queremos medirlos por nuestra medida conforme a nuestros bajos ánimos? No así, sino que, si no alcanzamos sus grandes efectos y determinaciones, porque sin experiencia se pueden mal entender, humillémonos y no los condenemos; que, con parecer que miramos su provecho, nos le quitamos a nosotros y perdemos esta ocasión que el Señor pone para humillarnos y para que entendamos lo que nos falta, y cuán más desasidas y llegadas a Dios deben estar estas almas que las nuestras, pues tanto Su Majestad se llega a ellas.

13. No entiendo otra cosa ni la querría entender, sino que oración de poco tiempo que hace efectos muy grandes, que luego se entienden (que es imposible que los haya, para dejarlo todo sólo por contentar a Dios, sin gran fuerza de amor), yo la querría más que la de muchos años, que nunca acabó de determinarse más al postrero que al primero a hacer cosa que sea nada por Dios, salvo si unas cositas menudas como sal, que no tienen peso ni tomo – que parece un pájaro se las llevara en el pico -, no tenemos por gran efecto y mortificación; que de algunas cosas hacemos caso, que hacemos por el Señor, que es lástima las entendamos, aunque se hiciesen muchas.

Yo soy ésta, y olvidaré las mercedes a cada paso. No digo yo que no las tendrá Su Majestad en mucho, según es bueno; mas querría yo no hacer caso de ellas, ni ver que las hago, pues no son nada.

Mas perdonadme, Señor mío, y no me culpéis, que con algo me tengo de consolar, pues no os sirvo en nada, que si en cosas grandes os sirviera, no hiciera caso de las nonadas.

¡Bienaventuradas las personas que os sirven con obras grandes! Si con haberlas yo envidia y desearlo se me toma en cuenta, no quedaría muy atrás en contentaros; mas no valgo nada, Señor mío.

Ponedme Vos el valor, pues tanto me amáis.

14. Acaecióme un día de estos que con traer un Breve de Roma para no poder tener renta este monasterio, se acabó del todo, que paréceme ha costado algún trabajo. Estando consolada de verlo así concluido y pensando los que había tenido y alabando al Señor que en algo se había querido servir de mí, comencé a pensar las cosas que había pasado. Y es así que en cada una de las que parecía eran algo, que yo había hecho, hallaba tantas faltas e imperfecciones, y a veces poco ánimo, y muchas poca fe; porque hasta ahora, que todo lo veo cumplido cuanto el Señor me dijo de esta casa se había de hacer, nunca determinadamente lo acababa de creer, ni tampoco lo podía dudar. No sé cómo era esto. Es que muchas veces, por una parte me parecía imposible, por otra no lo podía dudar, digo creer que no se había de hacer. En fin, hallé lo bueno haberlo el Señor hecho todo de su parte, y lo malo yo; y así dejé de pensar en ello, y no querría se me acordase por no tropezar con tantas faltas mías. Bendito sea El, que de todas saca bien, cuando es servido, amén.

15. Pues digo que es peligroso ir tasando los años que se han tenido de oración, que aunque haya humildad, parece puede quedar un no sé qué de parecer se merece algo por lo servido. No digo yo que no lo merecen y les será bien pagado; mas cualquier espiritual que le parezca que por muchos años que haya tenido oración merece estos regalos de espíritu, tengo yo por cierto que no subirá a la cumbre de él. ¿No es harto que haya merecido le tenga Dios de su mano para no le hacer las ofensas que antes que tuviese oración le hacía, sino que le ponga pleito por sus dineros, como dicen? No me parece profunda humildad. Ya puede ser lo sea; mas yo por atrevimiento lo tengo; pues yo, con tener poca humildad, no me parece jamás he osado. Ya puede ser que, como nunca he servido, no he pedido; por ventura si lo hubiera hecho, quisiera más que todos me lo pagara el Señor.

16. No digo yo que no va creciendo un alma y que no se lo dará Dios, si la oración ha sido humilde; mas que se olviden estos años, que es todo asco cuanto podemos hacer, en comparación de una gota de sangre de las que el Señor por nosotros derramó. Y si con servir más quedamos más deudores, ¿qué es esto que pedimos, pues si pagamos un maravedí de la deuda, nos tornan a dar mil ducados? Que, por amor de Dios, dejemos estos juicios, que son suyos. Estas comparaciones siempre son malas, aun en cosas de acá; pues ¿qué será en lo que sólo Dios sabe? Y lo mostró bien Su Majestad cuando pagó tanto a los postreros como a los primeros.

17. Es en tantas veces las que he escrito estas tres hojas y en tantos días - porque he tenido y tengo, como he dicho, poco lugar -, que se me había olvidado lo que comencé a decir, que era esta visión:

Vime estando en oración en un gran campo a solas. En rededor de mí mucha gente de diferentes maneras que me tenían rodeada.

Todas me parece tenían armas en las manos para ofenderme: unas, lanzas; otras, espadas; otras, dagas y otras, estoques muy largos. En fin, yo no podía salir por ninguna parte sin que me pusiese a peligro de muerte, y sola, sin persona que hallase de mi parte. Estando mi espíritu en esta aflicción, que no sabía qué me hacer, alcé los ojos al cielo, y vi a Cristo, no en el cielo, sino bien alto de mí en el aire, que tendía la mano hacia mí, y desde allí me favorecía de manera que yo no temía toda la otra gente, ni ellos, aunque querían, me podían hacer daño.

18. Parece sin fruto esta visión, y hame hecho grandísimo provecho, porque se me dio a entender lo que significaba. Y poco después me vi casi en aquella batería y conocí ser aquella visión un retrato del mundo, que cuanto hay en él parece tiene armas para ofender a la triste alma. Dejemos los que no sirven mucho al Señor, y honras y haciendas y deleites y otras cosas semejantes, que está claro que, cuando no se cata, se ve enredada, al menos procuran todas estas cosas enredar; mas amigos, parientes y, lo que más me espanta, personas muy buenas, de todo me vi después tan apretada, pensando ellos que hacían bien, que yo no sabía cómo me defender ni qué hacer.


SANTA TERESA DE JESÚS O DE ÁVILA

El reto del amor




VIVE DE CRISTO®Dominicas de Lerma

Perguntas e respostas


A CASTIDADE

B. BENEFÍCIOS DA CASTIDADE.

3. Exemplos?

A violência doméstica é violência e não impureza, mas não andam longe uma da outra, pois em ambos os casos se maltrata um corpo humano.

Se o corpo humano se considera um objecto que utilizo para ter prazeres, não há maior dificuldade em descarregar a minha ira sobre esse objecto corporal quando me contrariar: dá-me gosto, utilizo-o; desgosta-me, espanco-o.
O desenfreamento sexual também está ligado com a dependência das drogas e o alcoolismo porque, também nestes casos, se maltrata o corpo humano.

Não quer dizer-se que estejam sempre unidas, mas é mais fácil cair num vício se se deixou vencer em algo parecido.

Pequena agenda do cristão

SÁBADO



(Coisas muito simples, curtas, objectivas)



Propósito:
Honrar a Santíssima Virgem.

A minha alma glorifica o Senhor e o meu espírito se alegra em Deus meu Salvador, porque pôs os olhos na humildade da Sua serva, de hoje em diante me chamarão bem-aventurada todas as gerações. O Todo-Poderoso fez em mim maravilhas, santo é o Seu nome. O Seu Amor se estende de geração em geração sobre os que O temem. Manifestou o poder do Seu braço, derrubou os poderosos do seu trono e exaltou os humildes, aos famintos encheu de bens e aos ricos despediu de mãos vazias. Acolheu a Israel Seu servo, lembrado da Sua misericórdia, como tinha prometido a Abraão e à sua descendência para sempre.

Lembrar-me:

Santíssima Virgem Mãe de Deus e minha Mãe.

Minha querida Mãe: Hoje queria oferecer-te um presente que te fosse agradável e que, de algum modo, significasse o amor e o carinho que sinto pela tua excelsa pessoa.
Não encontro, pobre de mim, nada mais que isto: O desejo profundo e sincero de me entregar nas tuas mãos de Mãe para que me leves a Teu Divino Filho Jesus. Sim, protegido pelo teu manto protector, guiado pela tua mão providencial, não me desviarei no caminho da salvação.

Pequeno exame:

Cumpri o propósito que me propus ontem?