02/09/2017

Fátima: Centenário - Oração Jubilar de Consagração

Fátima: Centenário - Oração Jubilar de Consagração

Salve, Mãe do Senhor,
Virgem Maria, Rainha do Rosário de Fátima!
Bendita entre todas as mulheres,
és a imagem da Igreja vestida da luz pascal,
és a honra do nosso povo,
és o triunfo sobre a marca do mal.

Profecia do Amor misericordioso do Pai,
Mestra do Anúncio da Boa-Nova do Filho,
Sinal do Fogo ardente do Espírito Santo,
ensina-nos, neste vale de alegrias e dores,
as verdades eternas que o Pai revela aos pequeninos.

Mostra-nos a força do teu manto protector.
No teu Imaculado Coração,
sê o refúgio dos pecadores
e o caminho que conduz até Deus.

Unido/a aos meus irmãos,
na Fé, na Esperança e no Amor,
a ti me entrego.
Unido/a aos meus irmãos, por ti, a Deus me consagro,
ó Virgem do Rosário de Fátima.

E, enfim, envolvido/a na Luz que das tuas mãos nos vem,
darei glória ao Senhor pelos séculos dos séculos.


Ámen.

Fátima - Centenário - Oração diária,


Senhora de Fátima:

Neste ano do Centenário da tua vinda ao nosso País, cheios de confiança vimos pedir-te que continues a olhar com maternal cuidado por todos os portugueses.
No íntimo dos nossos corações instala-se alguma apreensão e incerteza em relação a este nosso País.

Sabes bem que nos referimos às diferenças de opinião que se transformam em desavenças, desunião e afastamento; aos casais desfeitos com todas as graves consequências; à falta de fé e de prática da fé; ao excessivo apego a coisas passageiras deixando de lado o essencial; aos respeitos humanos que se traduzem em indiferença e falta de coragem para arrepiar caminho; às doenças graves que se arrastam e causam tanto sofrimento.
Faz com que todos, sem excepção, nos comportemos como autênticos filhos teus e com a sinceridade, o espírito de compreensão e a humildade necessárias para, com respeito de uns pelos outros, sermos, de facto, unidos na Fé, santos e exemplo para o mundo.

Que nenhum de nós se perca para a salvação eterna.

Como Paulo VI, aqui mesmo em 1967, te repetimos:

Monstra te esse Matrem”, Mostra que és Mãe.

Isto te pedimos, invocando, uma vez mais, ao teu Dulcíssimo Coração, a tua protecção e amparo.


AMA, Fevereiro, 2017

¿Adoración al Santísimo para niños?

Se extiende con frutos abundantes y sorpresa entre los padres


La experiencia en Francia habla de los beneficios de la adoración al Santísimo por parte de los niños
       
La Adoración Eucarística está volviendo a ser parte central de la vida cristiana. Tras décadas en las que en muchos lugares se desechó y quedó prácticamente relegada ahora son muchísimas las parroquias que han recuperado la exposición pública del Santísimo.

Por otro lado, aunque están muy lejos de ser mayoría se están multiplicando rápidamente las capillas de adoración perpetua. En España, por ejemplo, ya son casi 50, pero 30 de ellas se han abierto en los últimos siete años.

Esta expansión de la Adoración al Santísimo, que tantos frutos tiene según muchos testimonios, también va llegando a los niños. Cada vez se va introduciendo más en las celebraciones con los pequeños, aunque sea de manera adaptada a su edad. Pioneros en esto son en España la Diócesis de Alcalá de Henares donde en la celebración de los Reyes Magos o en Holywins (celebración de todos los santos) ya hay una pequeña parte de adoración en la que participan niños y adolescentes.

¿Niños adoradores?
Pero la pregunta que se pueden hacer muchos es si sirve para algo que niños de seis o siete años sean “adoradores” rezando o estando delante de Cristo Eucaristía cuando aún no tienen una conciencia formada sobre lo que es. La respuesta la da Famille Chretienne en un reportaje precisamente centrado sobre la adoración y los niños.

En Francia, esta experiencia con los niños lleva instalada en algunos lugares más de 15 años y los frutos son fabulosos, según los organizadores. Tanto que se está extendiendo a otros lugares. Si Dios es un “misterio” también lo es el encuentro que un pequeño de 7 años pueda tener con Él en la capilla.

Para los que lo han puesto en práctica y están viendo ahora los frutos, a los niños de una edad muy temprana el culto los lleva de manera natural a una intimidad con Cristo y los va familiarizando con el corazón de Dios directamente.

Conexión directa entre los niños y el Señor, "tienen wifi"
Uno de estos grupos de niños adoradores es el que hay en la ciudad de Rouen. Allí, una de las madres habla a estos niños de seis a ocho años sobre Jesús antes de entrar a la capilla para estar con Él. Allí en silencio todos se arrodillan y de manera natural ponen sus ojos en “Jesús escondido”. “¿Es demasiado tiempo veinte minutos?”, le preguntaron a Jules, de ocho años. Él respondió con una gran sonrisa: “¡Oh no!”.

Una de las preguntas que más hacen a los sacerdotes y laicos que acompañan a estos niños es cómo éstos son capaces de estar en oración cuando muchos adultos no consiguen estar en silencio delante del Santísimo más de dos minutos.  “Hay una conexión directa entre el corazón de los niños y el Señor. Tienen wifi”, asegura Cecile, madre de un niño adorador en París.

Según su experiencia, los niños de esta edad tienen un corazón mucho más abierto y lo acogen en su corazón. Y es una experiencia compartida.

Un tiempo adaptado a la edad de los niños
Evidentemente, para llegar a este punto se requiere paciencia pues no dejan de ser niños y consideran poco realista imaginar a treinta niños durante una hora en silencio rezando. El tiempo se adapta a su edad y los más pequeños pueden estar quince o veinte minutos, incluso si a veces no hay un silencio total. Sin embargo, esta actitud de adoración va calando en ellos.

Florence Schlienger, responsable de uno de estos grupos en Versalles, reconoce que tanto él como todo adulto que se embarca en esta peculiar aventura siembran sin saber lo que va a florecer. Así, recuerda el caso de un niño que daba la espalda al altar durante todo el tiempo. Sin embargo, al mes siguiente hablaba a su madre todo el tiempo del amor de Dios. “Es una educación en la vida interior en la que no vemos los frutos de inmediato sino que se ve más adelante”, aseguran también las madres.

"Cuanto antes se aprende a rezar, más rápido se convierte en algo natural"
El padre Thibaud Labesse, capellán de uno de estos grupos de niños, también insiste en que “cuanto antes se aprende a rezar,  más se convierte en algo natural”. Y este cambio lo perciben las madres de estos pequeños sobre todo en el comportamiento que luego tienen en misa pues captan el “misterio” de que Cristo está de verdad en el Sagrario.

La hermana Beata ayuda a las Misioneras de la Eucaristía también este apostolado y relata en qué consisten estas sesiones. Leen con ellos el Evangelio, se lo explican y luego realizan dibujos que colorean sobre estas enseñanzas. Y entonces llega el momento en el que en grupos por edades hacen turnos de adoración donde también cantan alguna canción, hacen ofrendas e intenciones de oración. Los pequeños de 4 años adoran al Santísimo diez minutos y los de ocho años ya están veinticinco habiendo además intervalos más amplios de silencio.

Caldo de cultivo para vocaciones
Además, destacan que la presencia del sacerdote es importante es esencial y él reza con ellos. “En la adoración, el niño entra en la intimidad con Cristo, en un reflejo del amor con el Señor que es un caldo de cultivo para las vocaciones", dice Florence Schlienger, que lleva quince años con esta misión y ha visto ya a muchos niños que ahora son adultos adoradores. “La introducción de la presencia de Dios en la vida personal es lo que les llevará a la Iglesia, más que todo un curso de Teología”, asegura.


REL

Hoy el reto del amor es amar tu debilidad

TRAICIÓN DEL CALENDARIO

¿A quién no le ha pasado alguna vez? Miras el calendario y de pronto descubres una fecha importante, de ésas que no se te pueden olvidar... y que tuvo lugar el día de ayer: un cumpleaños, un aniversario... en fin, un desastre.

Pues sí, a las monjas también nos pasa. Resulta que ayer, 23 de abril, era el primer aniversario de la Profesión Temporal de Joane. Y ninguna nos acordamos hasta la hora de la Eucaristía.

¡Que sofocón! Generalmente nos levantamos un poco antes, despertamos a la del aniversario con guitarras y cantos, algún regalo... ¡pero no habíamos hecho nada de nada!

En medio del susto yo intenté hacer una composición fotográfica, pero con los nervios, el resultado fue tristemente patético...

Tratar de ocultar el despiste, organizar un apaño... ¡qué mal suelen salir las soluciones rápidas! Pero... ¡cómo cuesta reconocer que se nos ha olvidado!

Sí, en circunstancias así, nuestra debilidad queda patente; pero es entonces cuando Cristo te ofrece dos caminos: tratar de disimular tu pobreza... o aceptarla y amarla desde el Señor.

Cuando optas por amar tu realidad y ponerla en manos de Cristo, Él te da ojos nuevos. No va a cambiar el pasado, pero, con el perdón, abre nuevas posibilidades en el presente. Y es que Cristo te ama tal y como eres, con tus fallos y errores, pero no quiere dejarte donde estás: quiere sacar tu mejor versión. Y Él es el Rey de las segundas oportunidades.

Así pues, hoy nos hemos levantado antes, y, guitarra en mano, le hemos cantado la serenata con frases como "vengo a darte el abrazo olvidado de ayer", o "ha sido largo el viaje, ¡pero al fin llegué!"... Con Cristo es posible reírse de las debilidades, sabiendo que en sus manos todo resucita. Aunque sea tarde... ¡muchas felicidades, Joane! ¡¡Eres un regalo del Señor!!

Hoy el reto del amor es amar tu debilidad. Y si hoy metes la pata o se te cuela algún despiste... ¡no trates de disimular haciendo como que no pasa nada! Para con el Señor, siente Su amor, ¡y pídele descubrir cómo resucitar esa situación desde el amor! ¡Feliz día!


VIVE DE CRISTO

Fátima: Centenário - Oração Jubilar de Consagração

Fátima: Centenário 

Oração Jubilar de Consagração

Salve, Mãe do Senhor,
Virgem Maria, Rainha do Rosário de Fátima!
Bendita entre todas as mulheres,
és a imagem da Igreja vestida da luz pascal,
és a honra do nosso povo,
és o triunfo sobre a marca do mal.

Profecia do Amor misericordioso do Pai,
Mestra do Anúncio da Boa-Nova do Filho,
Sinal do Fogo ardente do Espírito Santo,
ensina-nos, neste vale de alegrias e dores,
as verdades eternas que o Pai revela aos pequeninos.

Mostra-nos a força do teu manto protector.
No teu Imaculado Coração,
sê o refúgio dos pecadores
e o caminho que conduz até Deus.

Unido/a aos meus irmãos,
na Fé, na Esperança e no Amor,
a ti me entrego.
Unido/a aos meus irmãos, por ti, a Deus me consagro,
ó Virgem do Rosário de Fátima.

E, enfim, envolvido/a na Luz que das tuas mãos nos vem,
darei glória ao Senhor pelos séculos dos séculos.


Ámen.

Pequena agenda do cristão

SÁBADO



(Coisas muito simples, curtas, objectivas)



Propósito:
Honrar a Santíssima Virgem.

A minha alma glorifica o Senhor e o meu espírito se alegra em Deus meu Salvador, porque pôs os olhos na humildade da Sua serva, de hoje em diante me chamarão bem-aventurada todas as gerações. O Todo-Poderoso fez em mim maravilhas, santo é o Seu nome. O Seu Amor se estende de geração em geração sobre os que O temem. Manifestou o poder do Seu braço, derrubou os poderosos do seu trono e exaltou os humildes, aos famintos encheu de bens e aos ricos despediu de mãos vazias. Acolheu a Israel Seu servo, lembrado da Sua misericórdia, como tinha prometido a Abraão e à sua descendência para sempre.

Lembrar-me:

Santíssima Virgem Mãe de Deus e minha Mãe.

Minha querida Mãe: Hoje queria oferecer-te um presente que te fosse agradável e que, de algum modo, significasse o amor e o carinho que sinto pela tua excelsa pessoa.
Não encontro, pobre de mim, nada mais que isto: O desejo profundo e sincero de me entregar nas tuas mãos de Mãe para que me leves a Teu Divino Filho Jesus. Sim, protegido pelo teu manto protector, guiado pela tua mão providencial, não me desviarei no caminho da salvação.

Pequeno exame:

Cumpri o propósito que me propus ontem?





O amor casto entre um homem e uma mulher

Admira a bondade do nosso Pai Deus: não te enche de alegria a certeza de que o teu lar, a tua família, o teu país, que amas com loucura, são matéria de santidade? (Forja, 689)

E agora, meus filhos e minhas filhas, permiti que me detenha noutro aspecto – particularmente querido – da vida comum. Refiro-me ao amor humano, ao amor casto entre um homem e uma mulher, ao noivado, ao matrimónio. Devo dizer uma vez mais que esse amor humano santo não é algo de permitido, de tolerado, à margem das verdadeiras actividades do espírito, como poderiam insinuar os falsos espiritualismos a que antes aludia. Há quarenta anos que venho pregando exactamente o contrário, através da palavra e da escrita, e os que não compreendiam já o vão entendendo.

O amor que conduz ao matrimónio e à família pode ser também um caminho divino, vocacional, maravilhoso, meio para uma completa dedicação ao nosso Deus. Realizai as coisas com perfeição, tenho-vos recordado, ponde amor nas pequenas actividades da jornada, descobri – insisto – esse quê divino que se oculta nos pormenores: toda esta doutrina encontra um lugar especial no espaço vital em que o amor humano se enquadra. (Temas Actuais do Cristianismo, 121)

A família: santificar o lar dia a dia
“Cada lar cristão – disse S. Josemaria numa homília pronunciada em 1970 – deveria ser um remanso de serenidade, em que se notassem, por cima das pequenas contrariedades diárias, um carinho e uma tranquilidade, profundos e sinceros, fruto de uma fé real e vivida.". (Cristo que passa, 22, 4)

É verdadeiramente infinita a ternura de Nosso Senhor. Olhai com que delicadeza trata os seus filhos. Fez do matrimónio um vínculo santo, imagem da união de Cristo com a sua Igreja, um grande sacramento em que se fundamenta a família cristã, que há-de ser, com a graça de Deus, um ambiente de paz e de concórdia, escola de santidade. Os pais são cooperadores de Deus. Daí nasce o amável dever de veneração, que corresponde aos filhos. Com razão, o quarto mandamento pode chamar-se – escrevi-o há tantos anos – o dulcíssimo preceito do Decálogo. Se se vive o matrimónio como Deus quer, santamente, o lar será um lugar de paz, luminoso e alegre. (Cristo que passa, 78, 6)

Famílias que viveram de Cristo e que deram a conhecer Cristo. Pequenas comunidades cristãs que foram centros de irradiação da mensagem evangélica. Lares iguais aos outros lares daqueles tempos, mas animados de um espírito novo que contagiava aqueles que os conheciam e com eles conviviam. Assim foram os primeiros cristãos e assim havemos de ser os cristãos de hoje: semeadores de paz e de alegria, da paz e da alegria que Cristo nos trouxe. (Cristo que passa, 30, 5)

Comove-me que o Apóstolo qualifique o matrimónio cristão como «sacramentum magnum», sacramento grande. Também daqui deduzo que o trabalho dos pais de família é importantíssimo.

– Participais do poder criador de Deus e, por isso, o amor humano é santo, nobre e bom: uma alegria do coração, à qual Nosso Senhor, na sua providência amorosa, quer que outros livremente renunciemos.

Cada filho que Deus vos concede é uma grande bênção divina: não tenhais medo aos filhos! (Forja, 691)

Ao pensar nos lares cristãos, gosto de imaginá-los luminosos e alegres, como foi o da Sagrada Família. A mensagem de Natal ressoa com toda a força: Glória a Deus no mais alto dos Céus e paz na terra aos homens de boa vontade. Que a Paz de Cristo triunfe nos vossos corações, escreve o Apóstolo. Paz por nos sabermos amados pelo nosso Pai, Deus, incorporados em Cristo, protegidos pela Virgem Santa Maria, amparados por S. José. Esta é a grande luz que ilumina as nossas vidas e que, perante as dificuldades e misérias pessoais, nos impele a seguir animosamente para diante. Cada lar cristão deveria ser um remanso de serenidade, em que se notassem, por cima das pequenas contrariedades diárias, um carinho e uma tranquilidade, profundos e sinceros, fruto de uma fé real e vivida. (Cristo que passa, 22, 4)

Santificar o lar no dia-a-dia, criar, com carinho, um autêntico ambiente de família: é disso precisamente que se trata. Para santificar cada um dos dias, é necessário exercitar muitas virtudes cristãs; em primeiro lugar, as teologais e, depois, todas as outras: a prudência, a lealdade, a sinceridade, a humildade, o trabalho, a alegria... (Cristo que passa, 23, 4)


Evangelho e comentário

Tempo Comum


Evangelho: Mt 25, 14-30

14 Naquele tempo, disse Jesus aos seus discípulos a seguinte parábola: «Um homem, ao partir de viagem, chamou os seus servos e confiou-lhes os seus bens. 15 A um entregou cinco talentos, a outro dois e a outro um, conforme a capacidade de cada qual; e depois partiu. 16 O que tinha recebido cinco talentos fê-los render e ganhou outros cinco. 17 Do mesmo modo, o que recebera dois talentos ganhou outros dois. 18 Mas, o que recebera um só talento foi escavar a terra e escondeu o dinheiro do seu senhor. 19 Muito tempo depois, chegou o senhor daqueles servos e foi ajustar contas com eles. 20 O que recebera cinco talentos aproximou-se e apresentou outros cinco, dizendo: ‘Senhor, confiaste-me cinco talentos: aqui estão outros cinco que eu ganhei’. 21 Respondeu-lhe o senhor: ‘Muito bem, servo bom e fiel. Porque foste fiel em coisas pequenas, confiar-te-ei as grandes. Vem tomar parte na alegria do teu senhor’. 22 Aproximou-se também o que recebera dois talentos e disse: ‘Senhor, confiaste-me dois talentos: aqui estão outros dois que eu ganhei’. 23 Respondeu-lhe o senhor: ‘Muito bem, servo bom e fiel. Porque foste fiel em coisas pequenas, confiar-te-ei as grandes. Vem tomar parte na alegria do teu senhor’. 24 Aproximou-se também o que recebera um só talento e disse: ‘Senhor, eu sabia que és um homem severo, que colhes onde não semeaste e recolhes onde nada lançaste. 25 Por isso, tive medo e escondi o teu talento na terra. Aqui tens o que te pertence’. 26 O senhor respondeu-lhe: ‘Servo mau e preguiçoso, sabias que ceifo onde não semeei e recolho onde nada lancei; 27 devias, portanto, depositar no banco o meu dinheiro e eu teria, ao voltar, recebido com juro o que era meu. 28 Tirai-lhe então o talento e dai-o àquele que tem dez. 29 Porque, a todo aquele que tem, dar-se-á mais e terá em abundância; mas, àquele que não tem, até o pouco que tem lhe será tirado. 30 Quanto ao servo inútil, lançai-o às trevas exteriores. Aí haverá choro e ranger de dentes’».

Comentário:


Imaginemos que na parábola se modificavam alguns termos, por exemplo, aquele que recebeu cinco talentos foi o que os enterrou e escondeu com medo de os perder.

Talvez, até, seja bastante aceitável esta "alteração" que nos permitimos imaginar já que, infelizmente, muitos dos que têm muito se comportam como se tivessem pouco para que não lhes seja pedido que repartam uma parte - mesmo pequena que seja - desse muito que escondem.

E que, aquele que recebeu só um talento se empenhasse a sério em fazê-lo dar fruto e, até, repartir com liberalidade esse pouco.

Sim... O que aconteceria?

Pois, de acordo com o espírito da parábola este último receberia os cinco talentos do outro ficando, assim, imensamente rico.

De facto, é o que acontece quando o Senhor premeia o bom uso dos talentos que a cada um atribuiu: com tal liberalidade e generosidade que o que se alcança constituem uma riqueza, uma fortuna incomensuráveis.

(AMA, comentário sobre Mt 25, 14-30, 2011.08.27)