El Papa Francisco celebró este
lunes como es habitual la Eucaristía en la Casa Santa Marta y centró su homilía
en el discernimiento para saber qué cosas vienen de Dios y cuáles del demonio.
De este modo, el Santo Padre
indicó que “el Espíritu es el don de Dios, de este Dios, Padre nuestro, que
siempre nos sorprende. El Dios de las sorpresas”, afirmó. “Es un Dios vivo, un
Dios que vive en nosotros, que mueve nuestro corazón, un Dios que está en la
Iglesia y camina con nosotros y en este camino nos sorprende siempre”.
Francisco añadió que “ha tenido
la creatividad de crear el mundo, de crear cosas nuevas todos los días. El Dios
que nos sorprende”. Y explicó cómo los discípulos se enfadaron cuando supieron
que “también los paganos habían acogido la palabra de Dios”.
El peligro de cerrarse al
Espíritu Santo
El Papa recordó que “siempre,
desde tiempo de los profetas hasta hoy, existe el pecado de resistir al
Espíritu Santo: la resistencia al Espíritu”. “Lo que el Señor quiere es que
haya otros pueblos, que no pertenecen, pero que sean un solo rebaño y un solo
pastor”. Y cuando los paganos se convertían al cristianismo, “eran considerados
creyentes de segunda clase”.
“El cerrarse, la resistencia al
Espíritu Santo, esa frase que cierra siempre, que te detiene: ‘Siempre ha sido
así’. Y esto mata. Esto mata la libertad, mata la alegría, mata la fidelidad al
Espíritu Santo que siempre actúa adelante, llevando adelante la Iglesia”.
El don del discernimiento
“¿Pero cómo puedo saber si una
cosa es del Espíritu Santo o del mundo, del espíritu del mundo o del espíritu
del diablo?”, se preguntó. “Pedir la gracia del discernimiento. El instrumento
que el mismo Espíritu nos da es el discernimiento. Discernir, en cada caso,
como se debe hacer. Y eso que han hecho los apóstoles: si están reunidos, han
hablado y han visto que ese era el camino del Espíritu Santo. Pero aquellos que
no tenían este don o no habían orado para pedirlo, se han quedado fuera y
parados”.
El Papa aseguró que los
cristianos deben “saber discernir, discernir una cosa de la otra, discernir
cuál es la novedad, el vino nuevo que viene de Dios, cuál es la novedad que
viene del espíritu del mundo y cuál es la novedad que viene del diablo”.
"Las verdades de la fe van
adelante"
“La fe no cambia nunca. La fe
es la misma, pero está en movimiento, crece”, aseguró, tal y como recoge
Aciprensa.
Francisco afirmó también que
“las verdades de la Iglesia van adelante, se consolidan con los años, se
desarrollan con el tiempo, se profundizan en ellas con la edad, para que sean
más fuertes con el tiempo, con los años”.
REL