¿A quién no le ha pasado alguna
vez? Miras el calendario y de pronto descubres una fecha importante, de ésas
que no se te pueden olvidar... y que tuvo lugar el día de ayer: un cumpleaños,
un aniversario... en fin, un desastre.
Pues sí, a las monjas también
nos pasa. Resulta que ayer, 23 de abril, era el primer aniversario de la
Profesión Temporal de Joane. Y ninguna nos acordamos hasta la hora de la
Eucaristía.
¡Que sofocón! Generalmente nos
levantamos un poco antes, despertamos a la del aniversario con guitarras y
cantos, algún regalo... ¡pero no habíamos hecho nada de nada!
En medio del susto yo intenté
hacer una composición fotográfica, pero con los nervios, el resultado fue
tristemente patético...
Tratar de ocultar el despiste,
organizar un apaño... ¡qué mal suelen salir las soluciones rápidas! Pero...
¡cómo cuesta reconocer que se nos ha olvidado!
Sí, en circunstancias así,
nuestra debilidad queda patente; pero es entonces cuando Cristo te ofrece dos
caminos: tratar de disimular tu pobreza... o aceptarla y amarla desde el Señor.
Cuando optas por amar tu
realidad y ponerla en manos de Cristo, Él te da ojos nuevos. No va a cambiar el
pasado, pero, con el perdón, abre nuevas posibilidades en el presente. Y es que
Cristo te ama tal y como eres, con tus fallos y errores, pero no quiere dejarte
donde estás: quiere sacar tu mejor versión. Y Él es el Rey de las segundas
oportunidades.
Así pues, hoy nos hemos
levantado antes, y, guitarra en mano, le hemos cantado la serenata con frases
como "vengo a darte el abrazo olvidado de ayer", o "ha sido
largo el viaje, ¡pero al fin llegué!"... Con Cristo es posible reírse de
las debilidades, sabiendo que en sus manos todo resucita. Aunque sea tarde...
¡muchas felicidades, Joane! ¡¡Eres un regalo del Señor!!
Hoy el reto del amor es amar tu
debilidad. Y si hoy metes la pata o se te cuela algún despiste... ¡no trates de
disimular haciendo como que no pasa nada! Para con el Señor, siente Su amor, ¡y
pídele descubrir cómo resucitar esa situación desde el amor! ¡Feliz día!
VIVE DE CRISTO
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