Robert Barron, ahora obispo auxiliar de Los Ángeles,
es experto en nueva evangelización
Durante estos días, del 1 al 4 de julio, en Estados
Unidos se ha celebrado una convención sin precedentes en Orlando (Florida)
organizada por la Conferencia Episcopal de Estados Unidos en la que han
participado los principales líderes católicos del país con el objetivo de
impulsar la nueva evangelización y formar misioneros que den respuestas a los
desafíos actuales atrayendo a los no creyentes.
Uno de los que participantes que más relevancia tuvo
debido a su experiencia en nueva evangelización fue Robert Barron, obispo
auxiliar de Los Angeles, pero sobre todo experto en comunicación, con millones
de seguidores en las redes sociales, y en técnicas para atraer a los alejados.
En su intervención en vídeo que recoge National
Catholic Register, Barron dio una conferencia titulada “Equipar a los
evangelizadores”, el ahora prelado dijo a todos los líderes presentes en
Orlando que la forma de evangelizar debe agarrar al mundo por los hombros y
sacudirlo de su apatía. Pidió perder el miedo y los complejos utilizando las
numerosas armas de las que posee la Iglesia.
Una pelea que hay que disputar
Para este experto, la evangelización debe ser puesta
en primer lugar y como algo “urgente” puesto que los nones (personas que
responden en las encuestas no o ninguna sobre la religión que profesan), crecen
rápidamente en Estados Unidos y más aún en Europa. Si no se batalla no se podrá
ganar la guerra. “Tenemos una lucha en nuestras manos, pero los grandes santos
de nuestra Iglesia siempre han amado una buena pelea, y nosotros también
deberíamos", dijo el auxiliar de Los Ángeles.
Su conferencia la centró en los evangelizadores y
las armas que deben tener, pero para ello considera imprescindible, primero,
conocer a lo que se enfrentan, y segundo, saber de qué armas disponen para
comenzar esta “lucha”. Por ello, Barron habló de tres desafíos y tres
oportunidades principales con la que los evangelizadores y misioneros católicos
se enfrentan hoy en día.
Los desafíos son según él son el cientifismo, la
cultura de la apatía y la autodeterminación.
1. El cientifismo
Para Barron el compromiso que hay en estos momentos
en el mundo de la cultura con el “cientifismo”, o la creencia de que el único
conocimiento valioso es el científico, es uno de los grandes retos a los que se
enfrentan los evangelizadores. Su mensaje siempre se encontrará con un muro ante
los que defienden esta concepción.
“Permítanme ser claro: la Iglesia Católica no tiene
nada en contra de las ciencias, la Iglesia está con la ciencia en su mejor
momento”, dijo. Pero añadía que “a lo que la Iglesia se opone es al
cientifismo, o la reducción de todo conocimiento a la forma científica del
conocimiento”.
Hablar de Dios en una cultura embargada por este
pensamiento es un desafío para los católicos, pero considera imprescindible
hacerlo. “Cuando nosotros, como cultura, nos aislamos de todas las referencias
a lo trascendente, hacemos daño al corazón humano, hacemos daño al espíritu
humano”.
2. La cultura del ‘pasotismo’
En su diagnóstico, Barron destacó la “apatía
desenfrenada” que existe en la sociedad de hoy, especialmente entre los más jóvenes,
que están marcados por no abrazar la verdad, sino que hablan de la posverdad.
“Si no hay verdades objetivas y no hay valores objetivos se produce una
cultural del ‘meh’ (pasotismo, apatía)”, agregó.
Sin embargo, la verdad y lo que representa son parte
fundamental de la misión del católico. Recordó las palabras del beato Newman,
quien dijo que un río recibe su energía y fuerza desde su nacimiento. Si al río
le quitas los márgenes se convertirá en un “lago grande, perezoso. Plácido, sin
energía ni propósito”.
Según el obispo auxiliar de Los Ángeles, “nuestra
sociedad hoy es como un gran lago perezoso, donde todos nosotros flotamos,
tolerándonos unos a otros, no entrando en el camino del otro, pero sin energía
ni propósito”.
Pero la evangelización –añadió- es la antítesis de
esta apatía pues “una vez que has sido agarrado por el poder de Dios sabes a
dónde ir y lo haces con energía”.
3. Autodeterminación
Robert Barron habló del tercer desafío, la
“autodeterminación” basada en un mal entendimiento de la palabra “libertad”.
“La creencia central ampliamente aceptada por los jóvenes es que la libertad
define la identidad”, aseguró.
“Mi libertad viene primero y luego ya determino la
esencia, quien soy, el significado de mi vida. Todo está basado en mi libertad:
mi sexualidad, mi género, el propósito de la vida”. Así definió el obispo el
pensamiento de millones de jóvenes hoy.
Sin embargo, el cristianismo ofrece todo lo
contrario pues predica que “tu vida no es tuya, no depende de ti”. Recordando la cita de San Pablo de “ya no soy
yo quien vive, es Cristo quien vive en mí”, Barrón agregaba que cuando has sido
atrapado “por el poder de Jesucristo, tu pequeño drama del ego se vuelve
bastante menos importante”.
De tres desafíos a tres oportunidades
Tras presentar estos tres grandes desafíos a los que
se enfrentan los católicos, el experto ofreció a los presentes tres
oportunidades de evangelización basadas en la verdad, la bondad y la belleza.
1. Una verdad inteligente
“Odio el catolicismo rebajado”, dijo de manera
contundente, es decir, poner sólo el énfasis “en lo superficial”. “Somos una
religión inteligente y cuando no expresamos el catolicismo de una manera
inteligente la gente desaparece”, agregó.
Barron instó a catequistas, apologetas y evangelizadores
a comprender los grandes argumentos sobre la existencia de Dios pues los
jóvenes a menudo no tienen una comprensión solida de Dios más allá de una vaga
deidad.
El obispo reconoció que su argumento favorito es que
la existencia proviene de Dios y que nada se creó a sí mismo. “El Dios del que
estoy hablando sostiene el universo entero en todo momento al igual que un
cantante crea una canción. La creación continua, ese es el Dios del que la
Iglesia habla y el que debemos transmitir a nuestros jóvenes”.
2. Bondad de los cristianos radicales
Barron explicó en este segundo punto que cuando la
vida cristiana se abraza de manera completa y radical la bondad destaca en el
mundo. Puso como ejemplo a la Madre Teresa, que evangelizó el mundo con su
testimonio radical de bondad.
A lo largo de la historia de la Iglesia, dijo, “la
bondad y la radicalidad de la vida cristiana atrajeron la atención del mundo”
recordando la vida y las obras de los santos Benito, Domingo y Francisco.
“Necesitamos recuperar lo que todas estas grandes
figuras encontraron, esta forma espléndidamente radical de la vida cristiana.
Cuando se vive así públicamente, se evangeliza”, agregó.
3. La auténtica belleza
La tercera oportunidad de la que habló el obispo
auxiliar de Los Ángeles fue de la belleza, indicando que quizás la mejor
oportunidad para comenzar la evangelización sea mostrarla al mundo. “Lo
objetivamente valioso y bello es algo tan intrínsecamente bueno que nos atrapa,
nos detiene en nuestros caminos, en algo llamado como arresto estético”.
Barron consideró que en una forma fácil para empezar
a evangelizar porque es tan simple como “mostrar, no decir”. Dirigiéndose a los presentes les dijo: “sólo
muestra a la gente la belleza del catolicismo: muéstrales catedrales,
muéstrales la Capilla Sixtina, muéstrales a las hermanas de la Madre Teresa en
el trabajo. No les digas qué pensar y cómo comportarse, muestra la belleza del
catolicismo, que tiene un poder evangélico”.
“No hay nada más hermoso que el morir y resucitar de
Jesucristo y los apóstoles lo comunican con una urgencia de ‘agarrar por lo
hombros’. Éstas son personas atrapadas por algo tan poderoso y tan abrumador
que quieren agarrar al mundo por los hombros y hablarles sobre esto”, dijo el
obispo.
“Necesitamos estar llenos del mismo entusiasmo por
la belleza de nuestra fe”, concluyó.
REL
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