Últimamente estamos saliendo
muchos ratos a la huerta. Salimos a cuidarla, a cultivarla y... ¡a disfrutarla!
Todas hemos comentado que cómo
entendemos que el Señor utilizara en sus parábolas la semilla de mostaza, las
higueras, las ovejas... De hecho, surgen un montón de retos tras un día de
huerta, porque sale tan espontáneo ver al Señor detrás de cada cosa...
Muchas veces se ha explicado
que las parábolas eran como cuentecillos que contaba Jesús para explicar el
mensaje de manera fácil y sencilla a sus seguidores. Y, sin embargo, hace no
mucho escuché a un gran predicador rebatir esta teoría, explicando que, en
realidad, Jesús, en las parábolas, nos quería mostrar cómo es el Amor de Dios y
cómo detrás de cada cosa que hacemos podemos encontrar su Presencia y su Amor.
Jesús hablaba de lo que conocía, de lo que había trabajado, observado y en lo
que había visto la huella de su Padre.
Y es cierto: detrás de todo lo
que hacemos, de cada tarea, de cada persona, hay un mensaje del Señor para
nosotros, un mensaje de Amor, y la tarea de la vida es aprender a descubrirle a
Él y su Palabra detrás de cada momento de nuestro día.
Hoy el reto del amor es hacer
un reto con aquello que tienes entre manos. Hoy tu reto está en pedirle unos
ojos nuevos al Señor para que te regale descubrirle vivo y real junto a ti en
las tareas de la casa, en el trabajo... Ponlo por escrito y compártelo con
algún amigo. Deja que el Señor te sorprenda mostrándote su Amor donde jamás
pensaste encontrártelo.
VIVE DE CRISTO
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