En el baño del Novi tenemos un
bote grande para poner todos los cepillos de dientes. Evidentemente, es
fundamental que cada cepillo sea de un color diferente para evitar desastrosos
errores...
Hace unas semanas, tuvimos que
cambiar los cepillos viejos, que estaban destrozados. Sin embargo, los cepillos
que encontramos... ¡eran todos prácticamente iguales! Tan solo una pequeña raya
de color a mitad del mango, raya que, con el cepillo dentro del bote, ¡es
imposible verla!
Con lo despistada que soy, temí
lo peor... Pero, contra todo pronóstico, ¡no me he equivocado ni una sola vez!
Claro, está tan difícil saber cuál es tu cepillo, ¡que tienes que estar muy
atenta y fijarte mucho para encontrarlo!
Es cierto que a todos nos gusta
que las cosas sean fáciles. Pero, orando todo esto, he descubierto que las
dificultades, ¡pueden sacar lo mejor de ti mismo!
Cristo no es una especie de
varita mágica que, una vez que entra en tu vida, hace desaparecer todos los
problemas. No, las dificultades siguen ahí, pero Cristo lo que quiere es
transformar tu mirada. Puedes verlas como complicaciones y disgustarte por
ello... ¡o puedes dar la mano a Cristo para descubrirlas como oportunidades!
Cristo sabe lo lejos que puedes llegar, ¡por eso siempre te anima a dar un paso
más!
Hoy el reto del amor es sonreír
a las dificultades. Para ello, siéntate un rato con Cristo, pídele poder
descubrir su Presencia a tu lado toda la jornada. Y, cuando se presente esa
persona que te cuesta... mira a Cristo, ¡y recíbela con una sonrisa! Sólo con
eso, ¡has empezado a amarla! Es un buen comienzo, ¿no? ¡Feliz día!
VIVE DE CRISTO
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