Normalmente
solemos escuchar alguna charla o música cristiana mientras estamos con trabajos
mecánicos, ya que te alimenta y te mantiene en la presencia del Señor.
Ayer
por la mañana quise ponerme una charla mientras hacía un trabajo manual. Algo
tan sencillo como conectar el MP3 y poner el casco en la oreja se comenzó a
complicar por momentos: ¡el MP3 resultó estar sin batería!
Pensando
otra alternativa, me llevé un altavoz que me habían regalado, pero, al ir a
ponerlo, descubrí que no tenía entrada para cascos, y no quería ponerlo en alto
para no molestar a las demás.
Finalmente,
decidí coger un reproductor. Lo enchufé pero, al ir a poner los cascos, me di
cuenta de que estaban rotos...
Ya
medio desesperada por el tiempo que se me había ido con tanta peripecia, pensé
en dejarlo. Pero entonces me vio Lety e, intuyendo lo que me ocurría, sacó sus
cascos del bolsillo y me preguntó: "¿Quieres utilizar los míos?". Al
ponerlos, todo funcionó genial y estuve feliz escuchando la charla.
Muchas
veces nos ocurre que dejamos un bien a medias, nos quedamos por el camino sin
llegar a completarlo por la cantidad de tropiezos que parece que nos impiden
llevarlo a cabo. Eso es lo que pretende el mal: que desesperes a medio camino y
tú mismo abandones. Sin embargo, el mal está vencido en la cruz de Cristo, y Él
es nuestra esperanza de que siempre hay un paso más que dar. Él es la fuerza
que necesitas hoy para no desesperar y dejarlo a medias.
Hoy
el reto del Amor es caminar. No abras la puerta a la desesperanza sino a la
confianza. Y el fruto que encontrarás será la felicidad.
VIVE DE CRISTO
Año del Señor 2017, Lerma, 11 de enero
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