CAPÍTULO II
LA OBJECIÓN DE CONCIENCIA
Sobre este punto hemos de decir: el ser
humano, y por ende el médico, en el legítimo ejercicio de su libertad puede y debe negarse a realizar actos
que se oponen o violan los principios que le dicta su
conciencia, y para ello tiene que
gozar de independencia plena
en el ejercicio
de su profesión, garantizándole el respeto
a los imperativos de su conciencia. El
profesional pondera lo que considera
lo mejor para quien solicita el aborto,
para el nuevo ser gestado, y para sí mismo en fidelidad
con su propia conciencia que no puede
quedar asépticamente separada
de su decisión. El cambio
es necesario para el progreso,
pero no todo cambio es sinónimo de progreso. El
pretender obligar a una persona a realizar
abortos o a vender fármacos abortivos o votar leyes a favor
del aborto es una violación gravísima de los derechos humanos, en concreto del derecho a la libertad de
conciencia, promulgado en el artículo 18 de la Declaración Universal de
Derechos Humanos de la ONU y que en nuestra Constitución “forma parte del
contenido del derecho fundamental a la libertad ideológica y religiosa, reconocida en el artículo 16.1 de la Constitución”, según
sentencia del Tribunal Constitucional de 11 de Abril de 1985.
El 7 de Octubre del 2010, el Consejo de Europa aprobó la
siguiente proposición: “Ninguna persona ni hospital ni institución serán obligadas,
hechas responsables o discriminadas de ninguna forma por su negativa a
efectuar, ayudar o someterse a un aborto”. Pero, si a pesar de todo, a uno le
quieren obligar a actuar contra su conciencia, ha de tener
presente el ejemplo de Santo Tomás Moro: antes morir que ser infiel a mi conciencia.
Un sacerdote amigo mío me contó que un abortista le
criticó por su postura contra el aborto, a lo que mi amigo le respondió: “Es
que a nosotros nos toca intentar recomponer a las mujeres que vosotros habéis destrozado”. Debo recordar que también
hay hombres destruidos, como aquél que me dijo: “Hace cuarenta años participé
en un aborto. Me ha destrozado la vida”.
Pero terminemos este capítulo con una palabra
de esperanza. Sabemos que ningún pecado, por grave que
sea, queda sin el perdón de Dios si hay arrepentimiento. Y quiero contar la
historia del Dr. Natanson, que practicó personalmente cinco mil abortos y
dirigió el mayor centro abortista del mundo durante dos años, hasta el día que
llegó al conocimiento puramente científico que estaba
matando seres humanos.
Se pasó al bando provida
y llegó a ser un referente
mundial en la lucha contra el aborto. El Señor le premió concediéndole el don de la fe y el Bautismo pocos
años antes de su muerte.
CAPÍTULO III
¿ES SERIA LA IDEOLOGÍA
DE GÉNERO?
LOS
NIÑOS TIENEN PENE, LAS NIÑAS TIENEN
VULVA
Cuando me explicaron lo que era la Ideología
de Género, creí durante un buen rato que me estaban tomando el
pelo, impresión que también tienen aquéllos
a quienes explico
y antes ignoraban todo sobre esta
ideología. Por ello voy
a empezar sobre cómo entiende
la Ideología de Género la distinción entre varones y mujeres. Para sus defensores el sexo hace referencia a la dimensión biológica del individuo (hombre
o mujer); el género, por el contrario, es fruto de la libre elección de las personas
o resultado de unos hábitos
aprendidos o de una
construcción social y es radicalmente independiente del sexo.
Es necesario abolir las
propias identidades masculina y femenina, subordinadas al sexo biológico, y que
las personas se dejen llevar por sus múltiples y variables orientaciones
sexuales. Así un mismo género puede manifestarse como heterosexual, homosexual,
lesbiana, bisexual etc.
¿Quiénes son los que defienden la ideología de género?
Ante todo la mayor parte de las grandes
organizaciones internacionales, como pueden ser la
ONU, Unesco, Unicef, la OMS, El Banco Mundial, el Fondo de Población, Planned
Parenthood, y varias de las más importantes Fundaciones internacionales, como
la Soros, McNamara o la Rockefeller. En España fundamentalmente las feministas
radicales, el lobby LGTB, y nuestros parlamentarios de todos los Partidos
Políticos. Es decir lo políticamente correcto es la ideología de género.
La Ley Orgánica
2/2010 del 3 de Marzo,
llamada popularmente la Ley
del Aborto, es también la Ley de Salud Sexual
y Reproductiva y en ella
leemos: “Artículo 5. Objetivos de la actuación de los poderes
públicos. 1. Los poderes
públicos en el desarrollo de sus políticas sanitarias, educativas y sociales
garantizarán: a) la información y la educación afectivo sexual y reproductiva en los contenidos formales del sistema
educativo. b) El acceso universal a los servicios
y programas de salud sexual y reproductiva… e) La educación sanitaria integral
y con perspectiva de género
sobre salud sexual
y salud reproductiva”. “ [i]. La formación de profesionales de la salud se abordará
con perspectiva de género”.
A primera vista las palabras “perspectiva de género”
pueden parecernos inofensivas y de hecho la gran mayoría de los españoles, incluidos
muchos políticos, ignoran el veneno que hay en estas, aparentemente, sencillas frases. La ideología de género con su neolenguaje hace que la gente vea como normal, aquello que realmente son atrocidades
y esperpentos.
El primer problema
que se nos presenta es si los sexos son dos o muchos
más.
Según el relato bíblico de la Creación [ii], el haber sido creado por Dios como hombre o mujer
pertenece a la esencia humana. A mí me parece como un dato indiscutible que el ser humano ha sido creado como
hombre o como mujer y es lo que hasta ahora han afirmado todos
los libros de Ciencias y de Medicina.
En cambio, en la ideología de género el sexo ya no es un dato
originario de la naturaleza, sino que somos nosotros, prescindiendo de
nuestra naturaleza, quienes hemos de decidir sobre esto. Según esta ideología
en la persona imperan las características psicológicas que configuran su forma de ser
y se ha de otorgar soberanía a la voluntad humana sobre cualquier otra
consideración física. La libre autodeterminación del género de cada persona
ha de ser afirmada
como un derecho humano fundamental, parte imprescindible
de su derecho al libre desarrollo de la personalidad. Por tanto la identidad de género
de cada persona es consecuencia de su libre decisión de cada persona, sin que deba ser definida por terceros. Para
que nos entendamos: yo puedo ir a
un Juzgado y salir de él convertido en Petra Trevijano, pues si yo me siento
mujer, pues soy mujer, sin necesidad de más criterios, ni siquiera un
diagnóstico médico. No nos extrañe, por tanto, que cuando a una de éstas de la
ideología de género
le preguntaron si esperaba niño
o niña, contestase así:
“No lo sé, le
dejaré que decida cuando sea mayor”.
De todos modos, el record de estupidez lo tiene la
Asociación Médica Británica que ha facilitado
a sus 160.000 afiliados un manual en el
que les pide no utilizar
el término "madre" para referirse a las mujeres
embarazadas ya que podría herir la sensibilidad de
"individuos que han dado a luz y no se identifican como mujeres".
Creo que la mejor manera
de combatir la ideología de género es mostrar
lo absurda, ridícula y disparatada que es. Por eso se ha hecho muy famosa la
intervención de un parlamentario regional alemán, Steffen Körniger que en Junio del 2016, en el Parlamento de Brandeburgo, cuando se discutía
una Ley sobre ideología de género, empezó
su intervención, tras el saludo
al Presidente de la Cámara,
así: “Señoras y señores, estimados homosexuales, estimadas lesbianas, estimados
andróginos, estimados géneros fluidos, estimados transgénero…”, y así continuó
hasta sesenta modalidades diversas, con gran
juerga de los adversarios de la ideología de género y supongo que parecida
confusión entre sus partidarios. Por cierto, luego declaró que la lista posible
llegaba a más de cien.
Pero como el hombre no es un animal estúpido, pienso que la ideología
de género no podrá durar muchos años. De hecho
están empezando a suceder
casos en el mundo del deporte que creo va a ser el principio del fin de la
ideología de género. En Nueva
Zelanda un hombre se presentó
a un certamen de halterofilia con resultados mediocres y entonces se
presentó al certamen femenino y como allí se acepta la ideología de género, y
si uno dice que es mujer, es mujer y punto, pues barrió. En Argentina en la
Liga femenina de hockey se presentó
un varón y cuando ya estaba admitido, los demás equipos anunciaron que si jugaba ése,
ellas se retiraban del campeonato. Cuando se den treinta o cuarenta
casos como éste,
las mujeres deportistas, hartas que les roben sus medallas, tendrán que
plantarse y decir que el varón es varón y la mujer, mujer, y si alguien pretende
otra cosa, que lo pruebe,
que su palabra no basta. Uno
no es varón o mujer porque piense que lo es, sino que hay un argumento fisiológico o natural que
indica la condición sexual de las personas.
Un joven que piense que es una mujer, no lo es si tiene órganos reproductores que demuestran lo
contrario. Las conductas que contradicen la identidad sexual física,
hoy se llaman disforia de género, y la idea
que el sexo o género
se elige es falsa,
podrá ser legal, pero no es biológicamente correcta.
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