Ayer fue un día de Cielo; algo
impresionante sucedió en nuestros corazones y en nuestras almas: fue la
presencia total de Cristo entre nosotros.
De todo lo vivido y escuchado
ayer, me quedo con una frase que dijo Chus en la homilía: "Una manera de
amar es predicar". Esta frase se me clavó como una saeta en el corazón.
Porque es verdad, de lo que tiene tu corazón habla tu boca. Pero me preguntaba
que dónde tenemos la fe, si en la cabeza o en el corazón.
Sabemos muchas cosas de Jesús,
pero a Él en persona... ¿le conocemos? ¿Hemos tenido un encuentro real y vivo
con Cristo para poder anunciar que Cristo está Resucitado y vive con nosotros?
Sin este encuentro es muy difícil predicar, porque los respetos humanos llegan,
la vergüenza... porque casi ni nosotros sabemos en quién creemos.
Hoy te digo a ti, que me estas
leyendo, que Cristo ha muerto y ha resucitado por ti para que tu corazón salte
de alegría, para que puedas amar, perdonar, reír, disfrutar de todo. Sólo
tienes que creer en Él y acogerle en tu vida; entonces sí predicarás.
A veces a los más cercanos no
les podemos hablar de lo que nos quema en el corazón, como es Cristo. Pero el
arma que hoy Cristo te da es el Amor. Hoy tu manera de predicar va a ser el
amor, hacer un acto de amor que no sea nada de lo que estás acostumbrado a
hacer. Algo que sea distinto, que sorprenda al que tengas contigo.
Con ese gesto de amor Cristo va
a abrir el corazón de la persona, que luego te preguntará por qué lo has hecho;
entonces llegará el momento de hablar y contarle que tu fe en una Persona es el
motivo de todo. Y le podrás compartir tu fe viva.
El reto del amor de hoy es
acercarte a una persona desde algo que nunca hayas hecho para sorprenderla en
el amor y luego compartir tu fe. Si
amas, tienes que predicar. Feliz día.
VIVE
DE CRISTO
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