Cuando entras en nuestra
iglesia, rápidamente ves un Cristo Crucificado que hay a la izquierda del
retablo. Es de tamaño natural, llama mucho la atención. Ante esa imagen ha
habido numerosas conversiones y vidas que se han llenado de sentido.
Al cruzar la iglesia, siempre
la miramos de frente, pero ayer pasé por abajo de ella y descubrí una
perspectiva a la que no estamos acostumbradas. Mirarle desde abajo, al pie de
su cruz, no tiene nada que ver. Entre otras cosas, me he encontrado con su
cara, cosa que, cuando le miras de frente, no la ves, pues tiene la cabeza
inclinada sobre el pecho. Si conoces la imagen y ves una foto desde esta otra
perspectiva, es posible que no reconozcas al Cristo. ¡Se ve de forma totalmente
distinta!
Y lo mismo puede suceder en
nuestra vida. A veces podemos tener imágenes preestablecidas sobre determinadas
cosas o personas... y es necesario mirarlas desde otro ángulo.
Con certeza esa visión nos
ofrecerá una imagen diferente sobre lo que observamos normalmente porque,
cuando somos capaces de salir de nuestra visión, de nuestra óptica, en ese
momento es cuando nos damos cuenta de que todo en la vida tiene diferentes puntos
de vista, mucho más bonitos de lo que imaginamos. Pero tendemos a querer
quedarnos con lo conocido... y el Señor te está tendiendo la mano para que
mires lo que tienes ante ti con otra perspectiva.
Hoy el reto del amor es mirar
tu vida con ojos nuevos, dando oportunidad a los acontecimientos para hablarnos
desde diferentes ángulos. Pídele a Jesús que te conceda mirar desde otro sitio
la situación que estás viviendo, para que descubras la grandeza de su amor. Él
no te quita nada y te lo da todo. La perspectiva de la acción de gracias es la
mejor para ser feliz. Dale gracias al Señor por tu hijo, por tu familia, por tu
trabajo, por tus amigos...
VIVE DE CRISTO
Sem comentários:
Enviar um comentário
Nota: só um membro deste blogue pode publicar um comentário.