Tengo que reconocerlo: mi celda
ya no parecía una leonera. Creo que esta vez ha alcanzado el grado de
"cueva de bandidos".
Evidentemente no se llega a
esta situación de catástrofe en un sólo día, pero sí con una sola frase:
"Luego lo hago".
Luego guardo la ropa, luego
ordeno, luego recojo... Y, a fuerza de acumular "luegos", ¡poco más y
tengo que ir con pico y pala a buscar mi cama!
Ayer Lety me dio tiempo para
poner paz en mi celda. Calculé que en diez minutos terminaría... ¡pero tendré
que pedir mucho tiempo extra!
Qué fácil es decir un no a algo
pequeño, y no cuesta convencerse de que, más tarde, en unos pocos minutos, todo
estará resuelto. Sin darnos cuenta, restamos valor a las cosas pequeñas...
olvidándonos de que muchos pequeños granitos juntos, ¡acaban formando una
montaña!
Para el Señor, cada acto, por
pequeño que sea, tiene un gran valor. ¡Más aún si se trata de amar! Además, nos
advirtió desde el principio que "la mies es abundante"... ¡el amor no
puede esperar!
Lo impresionante es que el
Señor es el primero que se pone manos a la obra. En el momento en que le
necesitas, ¡siempre le encuentras a tu lado! Cristo permanece contigo para
escucharte, levantarte, animarte... ¡lo suyo sí que es disponibilidad 25 horas
al día!
Y, a su vez, Cristo te invita a
amar. Puede que no te sientas tan grande como para hacer heroicidades... pero,
muchas pequeñas gotitas de amor, ¡acaban formando un mar!
Hoy el reto del amor es apostar
por amar en tres detalles pequeños. Pídele al Señor que hoy no se te pasen
desapercibidas esas ocasiones sencillas que Él te pone delante, en las que
cuenta contigo para que seas Su instrumento. Tirar la basura, recoger algo del
suelo, cambiar el rollo del papel higiénico, atender con cariño a esa persona
que te pide atención...¿Acogerás esa ocasión para amar... o lo dejarás para
luego? ¡Feliz día!
VIVE DE CRISTO
Sem comentários:
Enviar um comentário
Nota: só um membro deste blogue pode publicar um comentário.