Hace un tiempo vino una chica
con un grupo y nos contó que, cada mañana, envía lo que llaman
"pildoritas", una pequeña reflexión sobre el Evangelio. Todas
nosotras le hicimos las mismas preguntas: "¿Tú sola? ¿Todos los
días?" Con el reto hemos experimentado que lo más difícil es la
constancia.
¡Nosotras somos 5 para
escribir!, valoramos muchísimo la misión que está haciendo. Yo me imaginé en la
situación: fuera, con estudios, trabajo, con lo rápido que va la vida... y lo
vi complicadísimo, pero el Señor me hizo ver que Él te da la gracia para la
misión que te pone.
Puede que sientas que ya no
puedes más, que esa "misión" te queda muy grande, te sientes incapaz
de llevarla a cabo. A veces esa constancia es difícil, te desanimas y, cuando
se pone todo en contra, ¡ya ni te cuento! Te cuesta cuidar al enfermo que
tienes en casa, te cuesta hacer de chófer de tus hijos llevándoles de un lado a
otro cuando estás cansada, en el trabajo...
Y es verdad, tú sola no puedes.
Es Él quien te da la gracia para realizar la misión que te ha encomendado y ser
feliz haciéndolo. Es en Cristo en quien encuentras sentido ahí donde tú razón
te dice que no lo tiene.
Te digo que, si estás así,
estás en el mejor punto, porque te estás convenciendo de que tú sola no puedes.
Es entonces cuando le necesitas a Él. Te empiezas a convencer de que Él es el
que te da la fuerza para llevar a cabo esa misión, ya sea mandar un mensaje
cada mañana, ya sea cuidar de tus hijos, ya sea estudiar, cuidar algún
enfermo... hagas lo que hagas, lo harás feliz, pues lo harás desde Él. Cuando
lo haces desde Él y para Él, todo cambia: tu sonrisa será diferente, las
personas de tu alrededor lo notarán y la manera de llevar a cabo tu misión
cambiará.
Los discípulos sentían muy
fuerte que el Señor les guiaba a cada paso que daban para anunciar el Evangelio
por los pueblos; si no hubiese sido por Su Resurrección, todavía seguirían con
las puertas cerradas y con miedo.
Hoy el reto del amor es que le
pidas al Señor sentirle muy fuerte en la misión que Él te pone. No puede ser
que Él te encargue una misión y te abandone a mitad de camino, Él permanece
siempre. ¡Pídeselo!
VIVE DE CRISTO
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