Ayer tuvimos un sacerdote con
nosotras, el padre Álvaro. Presidió la Eucaristía y después nos dio una charla
para introducirnos en la Semana Santa.
Resulta que él ha traducido un
libro que trata sobre el buen ladrón. La verdad es que yo no pensaba que se
pudiera decir tantas cosas de ese personaje bíblico del que se conservan sólo
un par de frases.
De todo lo que nos habló el
padre, lo que más me impresionó fue lo siguiente:
Jesús, clavado ya en la cruz,
dijo: "Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen" (Lucas
23,34). ¡Fue después de estas palabras cuando el buen ladrón habló a Cristo! Es
impresionante ver cómo esa frase de Jesús le abrió el corazón a un bandido.
¡Con qué cariño diría Jesús estas palabras, con qué serenidad! Sin odio ni
rencor contra los que le estaban matando. Estas palabras pronunciadas por el
Señor son las que hicieron que el corazón del buen ladrón se abriera a la gracia
y acogiera a Jesús como su Salvador.
El perdón tiene un poder
transformador en quien lo da, en quien lo recibe y en quienes les rodean.
¿Tú crees en el poder del
perdón?
Ahora, en la oración, le decía
al Señor que es impresionante cuántas palabras al cabo del día decimos que no
construyen, que juzgan al hermano, al compañero de trabajo; palabras que crean
malestar, palabras de resentimiento o palabras de duda. En cambio, una palabra
de perdón cambió una vida, unas palabras de amor cambian una vida, genera vida
dentro de ti.
Hoy el reto del amor es cuidar
tus palabras: si lo que vas a decir no es desde el amor, es mejor que no lo
digas, porque, si te dejas llevar por la razón, por el resentimiento, por el
odio... te aseguro que te quedarás mal tú y el que te escucha. En cambio, si
apuestas por el amor, tus palabras transmitirán paz, alegría, ilusión; y todos
desearán estar a tu lado. Hoy cuida tus palabras y apuesta por el amor.
VIVE DE CRISTO
Sem comentários:
Enviar um comentário
Nota: só um membro deste blogue pode publicar um comentário.