Estábamos
desayunando y llamaron al torno: nos avisaron de que había pasado un camión
junto al monasterio y, como llevaba la pluma mal recogida, se había llevado por
delante los cables de la luz que cruzan la calle, y también estropeó las
tuberías del gas.
¡Ufffff, qué
revuelo se preparó! Las casas de enfrente del monasterio se quedaron sin luz y
sin gas; los cables de la fachada del convento se habían desprendido llevándose
consigo piedras de la tapia... En un
minuto, la zona se llenó de gente. Y todo había sido cuestión de que la pluma
del camión no estaba bien recogida.
Cuando nos
pasaron las fotos y vimos el destrozo, me impresionó mucho: por no llevar bien
recogido todo, se había llevado por delante lo fundamental para vivir en una
casa.
Y así ocurre
algunas veces en mi vida: por no llevar bien recogido el carácter, los
destrozos que hago son impresionantes. Si no llevo dentro de mi vida el amor,
sino el juicio, todo lo que me encuentre me lo voy a llevar por delante. Si no
llevo dentro de mi vida la paciencia, sino la inquietud, el desasosiego, todo
lo que me encuentre lo arrasaré. Y todo por no dejar que mi vida la rija Cristo
desde el amor. Él es el único que cambia tu vida, que pone amor donde hay
juicio, paciencia donde hay inquietud, cercanía donde hay distancia... Sólo Él
sabe cómo tienes que recoger la pluma de tu vida, porque, si no llevas nada
sobresaliendo, te darás cuenta de que todo transcurre con paz.
Hoy el reto
del amor es sonreír desde dentro de ti a cinco personas. Te vas a dar cuenta de
que el amor genera amor; descubrirás que, si optas por orar y amar, tu vida
siempre llevará la pluma dentro y, si sobresale alguna vez, pues te bajarás del
camión y arreglarás todo lo que te hayas llevado por delante, porque con Cristo
todos los problemas tienen solución.
VIVE DE CRISTO
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