Estos días está haciendo mucho
viento. El viernes, sin ir más lejos, estábamos en la capilla rezando Tercia y
se puso a silbar con una fuerza impresionante, ¡se saltaron hasta las luces!
Pero no nos impidió terminar iluminando la lectura con una vela.
Llegó la noche, y desde la
celda se oía el viento, parecía que íbamos a salir volando. Era tal su fuerza,
que se oía cómo arrastraba cosas por la huerta. Por la mañana todo estaba hecho
un desastre: ramas caídas, papeles...
Muchas veces, por dentro, con
ciertas personas se desencadena viento huracanado. Las vemos hablar o,
simplemente, actuar y, sin darnos cuenta, se desata ese viento llamado juicio
que arrasa con esa persona dentro de nosotros. Nos surgen juicios que nos
apagan la Luz para poder verla, para poder descubrirla tal y como es.
Hay momentos en que ese viento
que arrasa con el otro lo compartimos con los demás, y dejamos a esa persona
como quedó la huerta... con destrozos difíciles de restaurar.
El viento del juicio muchas
veces se desencadena por heridas en un momento dado, por asociaciones con otra
persona que te hizo daño, caracteres que despiertan tormentas dentro de ti...
Es verdad que no se puede
evitar que el viento se desencadene, pues no depende de nosotros, pero sí que
podemos encender una vela para poder seguir "leyendo" aquello que esa
persona aporta a nuestra vida, o cerrar puertas y ventanas para que no pueda
arrasar con ella dentro de ti, y así puedas transmitirle que en ti siempre
habrá un refugio para que pueda ser ella misma.
Cristo en todo momento evitó el
juicio en los discípulos, en muchos momentos les frenó en comentarios y
pensamientos hacia los otros. Hay muchos ejemplos a lo largo del Evangelio.
Cristo siempre alimentó el amor.
Es verdad que pensarás:
"Sí, pero es que no puedo evitarlo, me surgen, y ato a esa persona dentro
de mí."
Pídele al Señor que te regale
unos ojos nuevos, que te hagan descubrir que esa persona ha sido amada por Él
justo en eso que te chirría en ella. Ojos para descubrir que Cristo también la
soñó a ella y, sobre todo, que sane tu corazón de todas esas heridas que
despiertan en ti vientos que arrasan con tu corazón cuando la ves.
Hoy el reto del amor es que
frenes el diálogo que te surja del juicio, tanto dentro de ti como con los
demás. Te encontrarás con muchas situaciones a lo largo del día en el trabajo,
con tus amigos o familia... que facilitarán el juicio o la crítica, frena a
tiempo. Hoy apuesta por no destruir a nadie dentro de ti ni de los demás,
apuesta por el amor.
VIVE
DE CRISTO
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