Oración personal en la capilla.
Reinaba el silencio. De pronto...
-¡¡¡Brrr!!!... glup, glup...
¡¡¡Brrr!!!... glup, glup...
Parecía el motor de una pequeña
motocicleta que no arrancaba. Justo estaba debajo de la ventana que tengo al
lado.
¡Brrrr!... ¡Brrrr!... Al décimo
intento, ya casi no podía con la tentación de encaramarme a la ventana e
invitar al motorista a bajar al taller... ¡Brrrr! Otra vez se le calaba. ¡Brrr!
Nuevas tentaciones de abrirla y decirle...
-¡Brrrr... brooooooooom!
"¡Por fin! Ahora se irá y
volverá la pa... ¡oh, no...!"
No era una motocicleta. ¡¡Era
el motor de una sopladora!!
Resultó que era el momento
perfecto para quitar las hojas de la calle. Ruido para arriba, ruido para
abajo...
Miraba a la ventana sin poder
creérmelo... Al rato, giré la cabeza: ¡las monjas habían seguido orando sin
inmutarse! Yo era la única que estaba enfadada... En ese instante, descubrí su
truco: ninguna había dejado de mirar al Sagrario.
El Señor me mostró que es
verdad, que hay momentos en que todo invita a "afilar los cuchillos",
la paciencia se desvanece... y el amor se agota... a menos de que nos lo dé Él.
Es cierto que a veces no
podemos controlar lo que nos irrita (ese perro que ladra justo a la hora de la
siesta, la música del vecino...), como tampoco podemos "provocarnos"
el amor (la paciencia se agota... y se agota). Son cosas que no están en
nuestras manos.
Lo que sí que está a nuestro
alcance es decidir a dónde mirar. ¿Dónde fijarás tus ojos? ¿En el Sagrario... o
en la ventana?
Mi amor, tu amor, es limitado,
puede variar con las circunstancias... pero el amor de Cristo es perfecto,
eterno. Y Él desea regalarte ese amor, desea amar en ti cuando tú no puedes...
desea que ames con Su Amor. Sólo necesita tu sí, tu mirada. Él ha muerto y ha
resucitado por ti, está soñando con desbordar tu corazón con su Amor.
Hoy el reto del amor es mirar a
Cristo. Cuando sientas que empiezas a "afilar cuchillos"... ¡fija tu
mirada en Jesucristo! Deja las armas a Sus Pies... ¡y sentirás que Él llena tu
alma de amor! ¡Feliz día!
VIVE DE CRISTO
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