Hace unos días comenzamos a
poner los primeros cultivos. Los sacamos de los semilleros y los plantamos
formando unas hileras con todo tipo de verduras: tomates, pimientos, lechugas,
berenjenas...
Junto a cada hilera, formamos
un surco para dejar correr el agua y que así recorriera el cultivo a modo de
canal y fuera regando todo. Pero, al regar, nos dimos cuenta de que, como las
plantas son aún muy pequeñitas, el surco del agua les quedaba demasiado lejos,
y no alcanzaban para poder alimentarse.
Así que a la mañana siguiente
fui derecha a coger una pequeña regadera y fui regando las plantitas una a una
para que pudieran eran estar bien nutridas.
La verdad es que me llevó mucho
tiempo hacerlo de esta forma, pero, según iba haciéndolo, el Señor me fue enseñando
que esto mismo hizo Él en su Pasión.
Lety estos días nos está
explicando el viacrucis, mostrándonos que la única manera que tenemos de
vivirlo nosotros es dejando que Jesús muera y resucite en aquello nuestro que
más lo estemos necesitando: que no podemos mirar la Pasión de lejos.
Su Pasión es un torrente de
agua Viva que quiere llenar de vida a todos, pero, además de eso, en su Pasión
te busca a ti y a mí personalmente, para poder morir y resucitar con aquello
que creemos que es nuestro y que nos cuesta soltar. Así lo vemos en el
evangelio, cuando, con una mirada, Pedro sintió que Jesús tocaba su corazón con
inmensa misericordia; o el cirineo, ¿qué tuvo que experimentar al estar con
Jesús para que desde entonces su vida y la de los suyos girara en torno a
Cristo? O la inquietud que vivió Pilato, porque en el fondo vislumbraba la
verdad...
Sólo tenemos que mirar las
estaciones y volver a descubrir cómo en cada una de ellas se encuentra con una
persona o con una realidad como la tuya y la mía: cada una de las caídas, el
juicio... en su Pasión, Muerte y Resurrecion nos salvó a todos, pero, para que
esto lo podamos acoger, necesitamos experimentar en nuestra propia vida que
realmente Él se preocupa por lo nuestro, y que por ello muere y resucita.
Hoy el reto del Amor es
buscarte en la Pasión del Señor. Cristo murió por nosotros para que resucitemos
con Él; asómate a su Pasión y descubre cómo lo mismo que vives tú está
reflejado en una de las personas con las que Jesús se encuentra.
VIVE DE CRISTO
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