Dos viernes al mes tenemos
Exposición del Santísimo. Nos organizamos en turnos de vela de media hora cada
una para estar disfrutando de Jesús.
Me pidieron que hiciese nuevos
los papeles de los horarios de vela. Mi vena artística salió a flote: símbolos
eucarísticos de fondo, a diferentes colores... ¡estaba contentísima!
Pero, hace poco, encontré dos
monjas de las mayores totalmente enfrascadas mirando el corcho.
-Entonces ¿a mí a qué hora me
toca la vela?
-A ver... -y, echando la cuenta
con los dedos, la otra exclamó- ¡Sí, las 15 son las 3!
¡Qué desastre! Había puesto las
horas en "formato digital"... ¡sin caer en la cuenta de que es mucho
más fácil el "formato analógico"!
Ayer mismo puse nuevos papeles,
¡con qué detalles tan sencillos podemos ayudar a los demás! Y, precisamente por
ser pequeños, se nos pueden pasar desapercibidos.
Hace poco leí una frase:
"Morir por ti fue mi razón para vivir. Firmado: Cristo."
Realmente, la vida de Cristo es
"una vida para los demás". Él se entrega totalmente, cuida de ti, de
mí, nos manifiesta su amor a lo largo del día en mil pequeños regalos, ¡Él sí que es un especialista en los
detalles! Así pues, ¡Él también es el mejor Maestro para aprender este arte!
Estoy segura: fue el Señor quien me regaló descubrir a estas dos hermanas
estudiando el horario. Si no, ¡no me habría dado cuenta!
Hoy el reto del amor es
descubrir pequeños detalles de amor. En tu oración, pídele a Cristo que te
regale ver todos los gestos de cariño que Él va a tener hoy contigo. Y,
también, pídele unos ojos como los Suyos, capaces de descubrir las ocasiones
que tendrás para mostrar tu cariño a los de tu alrededor: vaciar la papelera
(poniendo una bolsa nueva después 😉), poner o
quitar la mesa...
Recuerda, santos no son los que
hicieron grandes cosas, sino los que hicieron cosas pequeñas... con un gran
Amor: el amor que viene de Cristo. ¡Hoy ama con detalles! ¡Feliz día!
VIVE DE CRISTO
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