14/11/2017

Hoy el reto del amor es vivir en acción de gracias.

COMO UN RELOJ

En estos días en que el catarro parecía querer acabar conmigo, me han mandado un par de noches antes a la cama (¡es la mejor medicina!).

Una de esas veces, al bajar a la mañana siguiente a la sala de abajo, me la encontré con las luces encendidas. ¡Claro, generalmente soy yo la que se encarga por las noches de asegurarse de que están apagadas! Entre unas cosas y otras, se les había pasado...

Lo mejor es que, desde ese momento, el Señor me ha regalado ver todo lo que tengo cada día, y que no hago yo: la ropa sucia ha vuelto a mi celda lavada y doblada, sin que yo me haya encargado de nada; cada mañana me encuentro mi vaso limpio sin que yo lo haya fregado y el café preparado sin yo haber preparado la cafetera... Y es que cada una tenemos nuestras pequeñas tareas, ¡que hacen que todo funcione como un reloj!

A lo largo de los días puede que no nos percatemos de la labor que hacen las demás... pero, ahora que los virus mandan a alguna a la cama... ¡descubres más que nunca todas las cosas que hace cada hermana!

Como dice san Pablo, somos un Cuerpo, cada miembro con una misión diferente, pero trabajando todos para todos, unidos a nuestra cabeza: Cristo. Somos un cuerpo unido por el Amor.

Hoy el reto del amor es vivir en acción de gracias. Te invito a que le pidas a Cristo en tu oración poder descubrir todas las cosas que recibes por el trabajo de los demás. Pídele poder ver a las personas que hay detrás de tu comida, de tu sitio de trabajo, del vehículo que te lleva... y da gracias por cada uno de ellos. Y, a lo largo del día, haz que este reloj funcione aún mejor: hoy ayuda a una persona sin que se lo espere. Pídele a Cristo ver a la persona que te necesita. ¡Sorprende amando, sorprende ayudando! ¡Feliz día!


VIVE DE CRISTO

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