Ha vuelto otra vez el frío a
Lerma, acompañado de viento, nieve... y demás fenómenos propios de la época.
Entre ellos, los virus.
Como buenas hermanas, basta que
caiga una enferma... que vamos todas detrás. Yo, que estaba aguantando como una
campeona, ya me he contagiado. Reconozco que, ante los primeros síntomas, sólo
se me ocurría rezar:
-¡El libro, Señor, el libro!
Tenemos que entregarlo en unos días y está sin acabar... Mira, la semana que
viene me puedo pillar todos los virus del mundo, pero ésta... ¡es que no tengo
tiempo para estar enferma!
El Señor, como siempre tan
original, no me ha evitado este nuevo catarro, pero resulta que ha llamado el
de la editorial... ¡y nos dan un par de días más de margen! ¡Soluciones
alternativas del Señor!
Así pues, aquí estoy, pañuelo
en mano, dando gracias a Cristo que, a su manera (como siempre) ha vuelto a
salvar la situación...
Me he dado cuenta de que muchas
veces vamos a la oración con los problemas... y las respectivas soluciones, que
generalmente pasan por eliminar nuestra debilidad y nuestra pobreza. Pero
Cristo no deja de mostrarnos que nos ama tal y como somos, ¡con catarros
incluidos! Es un auténtico especialista del plan B.
Puede ser que hoy no estés
enfermo, pero siempre hay algún momento en que meterás la pata, o dirás las
cosas como no deberías... A todos nos encantaría ser perfectos, ¡pero somos
humanos! Precisamente por eso necesitamos a Jesucristo, que nos hace...
¡enamorados!
Hoy el reto del amor es amar tu
pobreza. Te invito a que, a lo largo del día, cuando sientas que sale tu
debilidad, ¡aprovecha para transformarla en una alarma! En ese momento, mira a
Jesucristo y dile: "Precisamente por esto, porque soy débil... te
necesito." Él cuenta contigo tal y como eres... ¡y diseñará un plan B
original y estupendo! ¡Déjate sorprender! ¡Feliz día!
VIVE DE CRISTO
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