16/11/2017

Hoy el reto del amor es aclarar el lenguaje.

DIFICULTADES EN LA FARMACIA


Tos, mocos... en mi interior saltó la voz de alarma: se me había metido el frío en el cuerpo.


Hay unos sobrecitos de no sé qué medicamento (por fuera son naranjas) que son geniales. Estábamos en la capilla, quedaba poco para el desayuno. Vi que Lety se levantaba con intención de salir. Le hice una seña.


-Oye... -susurré- ¿podrías traerme un sobre naranja?


Su cara se transformó en una enorme interrogación.


-Ve tú -me respondió.


Extrañada por tan poco usual respuesta, salí de la capilla. Al poco, me encontré con Israel y Celia.


-¡Voy a por un sobre naranja!


-¿Para qué? -de nuevo, caras transformadas en interrogación.


"Qué raras se han levantado todas hoy...", pensé.


En el desayuno, después de tomarme el sobrecito de medicina, me encontré a todo el Novi riendo a más no poder.


-¡Era eso! -exclamó Lety aliviada- Pensábamos que querías mandar una carta metida en un sobre naranja... ¡y a ver de dónde lo sacamos! 


Fue muy gracioso... y el Señor me regaló experimentar algo en lo que Lety nos insiste mucho: la importancia de ponerse de acuerdo en el lenguaje.


Es verdad que las palabras son una herramienta maravillosa que el Señor nos ha dado. Con ellas podemos expresar muchas cosas: proyectos, sentimientos... pero, a veces, podemos provocar en el otro reacciones que no pretendíamos. ¡Cuántas veces hemos pronunciado o escuchado eso de "no, yo no quería decir eso..."!


Los malentendidos pueden ser motivo de risas... pero, si no se aclaran, pueden causar estragos. Saber expresarse, saber entender... ¡las palabras pueden llegar a ser una herramienta complicada!


Pero hay Alguien que ha salvado totalmente la pobreza del lenguaje, Alguien que sabe qué quieres decir, uses las palabras que uses: Jesucristo. Él te entiende, comprende todo lo que cruza tu mente, todo lo que ocupa tu corazón... porque lo ha vivido, lo vive contigo.


Hoy el reto del amor es aclarar el lenguaje. Si ves que esta herramienta empieza a funcionar un poco mal, si da lugar a confusiones o reacciones poco usuales, ¡frena! Para con Cristo y pídele que te regale descubrir el punto de vista del otro, entender sus palabras, y... ¡que ponga las adecuadas en tu boca! Hoy busca entender de verdad a quien tienes a tu lado. ¡Feliz día!



VIVE DE CRISTO

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