El Papa Francisco advirtió durante su homilía en la
Casa Santa Marta que un cristiano “que está parado” no es un “verdadero
cristiano” y avisó del peligro de “instalarse demasiado” en vez de “fiarse de
Dios”.
El Santo Padre habló del “estilo de vida cristiana”
explicando la figura de Abraham y que consideró que se estructura en tres
puntos: “despojarse”, “promesa” y “bendición”.
Tal y como recoge Aciprensa, Francisco indicó que
“ser cristiano lleva siempre esta dimensión de despojarse que encuentra su
plenitud en el despojarse de Jesús en la Cruz. Siempre hay un ‘ir’, ‘deja’, para
dar el primer paso: ‘deja y vete de tu tierra, de tu parentela, de la casa de
tu padre’. Si hacemos un poco de memoria veremos que en los evangelios la
vocación de los discípulos es un ‘ve’, ‘deja’, ‘ven’”.
De este modo, agregó el Papa, los cristianos deben
tener “la capacidad” de ser despojados porque si no se dejan “despojar y
crucificar con Jesús”, no son cristianos auténticos.
"Caminamos hacia una promesa"
“El cristiano no tiene el horóscopo para ver el
futuro; no va al adivino que tiene la bola de cristal, o a que le lean la mano.
No, no. No sabe dónde va. Es guiado. Y esto es como una primera dimensión de
nuestra vida cristiana: el despojarse”, añadió.
“¿Pero despojarse para qué? Para ir hacia una
promesa. Y esta es la segunda. Somos hombres y mujeres que caminamos hacia una
promesa, hacia un encuentro, hacia algo que debemos recibir en herencia”.
Por todo ello, Francisco recordó que Abraham se “fía
de Dios”, y “siempre está en camino”. “El camino comienza todos los días desde
la mañana; el camino de fiarse del Señor, el camino abierto a las sorpresas del
Señor, muchas veces no son buenas, son feas. Pensemos en una enfermedad, en una
muerte. Pero es un camino abierto porque yo sé que Tú me llevarás a un lugar
seguro, a una tierra que has preparado para mí: el hombre en camino, el hombre
que vive en una tienda, una tienda espiritual”.
El cristiano "bendice"
Del mismo modo, el Pontífice también aviso de que
cuando el alma “se sistema demasiado, se instala demasiado, pierde esa
dimensión de ir hacia la promesa y en lugar de caminar hacia la promesa, lleva
la promesa y posee la promesa, y esto no funciona, no es cristiano”.
El tercer punto es la “bendición”. El cristiano
“bendice”, es decir, “dice bien de Dios y dice bien de los otros” y “se hace
bendecir por Dios y por los demás”. Y este es el esquema “de nuestra vida
cristiana”, porque todos “debemos bendecir a los otros, ‘decir bien de los
demás’ y ‘decir bien a Dios de los demás’.
Francisco también advirtió de que estamos
acostumbrados “a no decir bien” del prójimo cuando “la lengua se mueve un poco
como quiere”, en lugar de seguir a “nuestro Padre”.
REL
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