"Me está pasando algo
raro...", pensaba. Y no sólo me daba cuenta yo, sino que las demás también
empezaron a percibirlo.
-Sión... ¿estás bien?
Generalmente salto de la cama
con el pitido del despertador y llego la primera a la ducha. Sin embargo, ya
llevaba varios días en que llegaba la última... y si llegaba.
-Debo de estar muy cansada...
(explicación día 1)
-Estaba tan dormida que no he
oído el despertador... (día 2)
-He debido de apagar el
despertador sin darme cuenta... (día 3)
Finalmente, Lety me sugirió
otra respuesta:
-Sión... ¿has probado a cambiar
las pilas del despertador?
¡¡Oye, mano de santo!! El pobre
aparato, aunque seguía mostrando la hora, ya no tenía fuerzas para cantar...
Y así nos puede pasar también a
nosotros. A lo largo de los días, vamos perdiendo poco a poco la batería. Sí,
seguimos cumpliendo con nuestras obligaciones, sacamos adelante nuestras
tareas, seguimos marcando la hora... pero ya no hay fuerzas para cantar.
Sin embargo, a Cristo no le
importa sólo "qué" haces... sino "cómo" lo haces. Puedes
hacer muchas cosas buenas pero, ¿cómo estás por dentro?
Cristo sabe que toda batería se
agota, pequeño despertador, ¡por eso siempre está disponible para recargarte,
darte pilas nuevas! No dejes que te viva el día, o que te mueva la simple
rutina: de la mano de Cristo, ¡encontrarás oportunidades para amar en miles de
detalles!
Hoy el reto del amor es amar
desde dentro. Para ello, ¡carga bien tus pilas! Siéntate un rato con Cristo,
llénate de su amor y, a lo largo de tu jornada, haz una tarea en casa que no te
corresponda. Hazlo por amor, con una sonrisa. Habrás cumplido el reto si,
mientras realizas la tarea... ¡tu corazón canta! ¡Deja que el amor de Cristo
sea tu batería! ¡Feliz día!
VIVE DE CRISTO
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