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08/06/2018

Leitura espiritual


LIBRO DE LA VIDA 55 


Segundo a edição de 1562


PRÓLOGO



CAPÍTULO 36


1. Partida ya de aquella ciudad, venía muy contenta por el camino, determinándome a pasar todo lo que el Señor fuese servido muy con toda voluntad.

La noche misma que llegué a esta tierra, llega nuestro despacho para el monasterio y Breve de Roma, que yo me espanté, y se espantaron los que sabían la prisa que me había dado el Señor a la venida, cuando supieron la gran necesidad que había de ello y a la coyuntura que el Señor me traía; porque hallé aquí al Obispo y al santo fray Pedro de Alcántara y a otro caballero muy siervo de Dios, en cuya casa este santo hombre posaba, que era persona adonde los siervos de Dios hallaban espaldas y cabida.

2. Entrambos a dos acabaron con el Obispo admitiese el monasterio, que no fue poco, por ser pobre, sino que era tan amigo de personas que veía así determinadas a servir al Señor, que luego se aficionó a favorecerle; y el aprobarlo este santo viejo y poner mucho con unos y con otros en que nos ayudasen, fue el que lo hizo todo. Si no viniera a esta coyuntura - como ya he dicho -, no puedo entender cómo pudiera hacerse. Porque estuvo poco aquí este santo hombre, que no creo fueron ocho días, y ésos muy enfermo, y desde a muy poco le llevó el Señor consigo. Parece que le había guardado Su Majestad hasta acabar este negocio, que había muchos días -no sé si más de dos años- que andaba muy malo.

3. Todo se hizo debajo de gran secreto, porque a no ser así no se pudiera hacer nada, según el pueblo estaba mal con ello, como se pareció después. Ordenó el Señor que estuviese malo un cuñado mío, y su mujer no aquí, y en tantanecesidad, que me dieron licencia para estar con él. Y con esta ocasión no se entendió nada, aunque en algunas personas no dejaba de sospecharse algo, mas aún no lo creían.

Fue cosa para espantar, que no estuvo más malo de lo que fue menester para el negocio y, en siendo menester tuviese salud para que yo me desocupase y él dejase desembarazada la casa, se la dio luego el Señor, que él estaba maravillado.

4. Pasé harto trabajo en procurar con unos y con otros que se admitiese, y con el enfermo, y con oficiales para que se acabase la casa a mucha prisa, para que tuviese forma de monasterio, que faltaba mucho de acabarse. Y la mi compañera no estaba aquí, que nos pareció era mejor estar ausente para más disimular, y yo veía que iba el todo en la brevedad por muchas causas; y la una era porque cada hora temía me habían de mandar ir. Fueron tantas las cosas de trabajos que tuve, que me hizo pensar si era esta la cruz; aunque todavía me parecía era poco para la gran cruz que yo había entendido del Señor había de pasar.

5. Pues todo concertado, fue el Señor servido que, día de San Bartolomé, tomaron hábito algunas y se puso el Santísimo Sacramento, y con toda autoridad y fuerza quedó hecho nuestro monasterio del gloriosísimo padre nuestro San José, año de mil y quinientos y sesenta y dos. Estuve yo a darles el hábito, y otras dos monjas de nuestra casa misma, que acertaron a estar fuera. Como en ésta que se hizo el monasterio era la que estaba mi cuñado (que, como he dicho, la había él comprado por disimular mejor el negocio), con licencia estaba yo en ella, y no hacía cosa que no fuese con parecer de letrados, para no ir un punto contra obediencia. Y como veían ser muy provechoso para toda la Orden por muchas causas, que aunque iba con secreto y guardándome no lo supiesen mis prelados, me decían lo podía hacer.

Porque por muy poca imperfección que me dijeran era, mil monasterios me parece dejara, cuánto más uno. Esto es cierto. Porque aunque lo deseaba por apartarme más de todo y llevar mi profesión y llamamiento con más perfección y encerramiento, de tal manera lo deseaba, que cuando entendiera era más servicio del Señor dejarlo todo, lo hiciera -como lo hice la otra vez- con todo sosiego y paz.

6. Pues fue para mí como estar en una gloria ver poner el Santísimo Sacramento y que se remediaron cuatro huérfanas pobres (porque no se tomaban con dote) y grandes siervas de Dios, que esto se pretendió al principio, que entrasen personas que con su ejemplo fuesen fundamento para en que se pudiese el intento que llevábamos, de mucha perfección y oración, efectuar, y hecha una obra que tenía entendido era para servicio del Señor y honra del hábito de su gloriosa Madre, que éstas eran mis ansias.

Y también me dio gran consuelo de haber hecho lo que tanto el Señor me había mandado, y otra iglesia más en este lugar, de mi padre glorioso San José, que no la había. No porque a mí me pareciese había hecho en ello nada, que nunca me lo parecía, ni parece. Siempre entiendo lo hacía el Señor, y lo que era de mi parte iba con tantas imperfecciones, que antes veo había que me culpar que no que me agradecer. Mas érame gran regalo ver que hubiese Su Majestad tomádome por instrumento -siendo tan ruin- para tan gran obra.

Así que estuve con tan gran contento, que estaba como fuera de mí, con grande oración.

7. Acabado todo, sería como desde a tres o cuatro horas, me revolvió el demonio una batalla espiritual, como ahora diré. Púsome delante si había sido mal hecho lo que había hecho, si iba contra obediencia en haberlo procurado sin que me lo mandase el Provincial (que bien me parecía a mí le había de ser algún disgusto, a causa de sujetarle al Ordinario, por no se lo haber primero dicho; aunque como él no le había querido admitir, y yo no la mudaba, también me parecía no se le daría nada por otra parte), y que si habían de tener contento las que aquí estaban en tanta estrechura, si les había de faltar de comer, si había sido disparate, que quién me metía en esto, pues yo tenía monasterio.

Todo lo que el Señor me había mandado y los muchos pareceres y oraciones que había más de dos años que no casi cesaban, todo tan quitado de mi memoria como si nunca hubiera sido. Sólo de mi parecer me acordaba, y todas las virtudes y la fe estaban en mí entonces suspendidas, sin tener yo fuerza para que ninguna obrase ni me defendiese de tantos golpes.

8. También me ponía el demonio que cómo me quería encerrar en casa tan estrecha, y con tantas enfermedades, que cómo había de poder sufrir tanta penitencia, y dejaba casa tan grande y deleitosa y adonde tan contenta siempre había estado, y tantas amigas; que quizás las de acá no serían a mi gusto, que me había obligado a mucho, que quizá estaría desesperada, y que por ventura había pretendido esto el demonio, quitarme la paz y quietud, y que así no podría tener oración, estando desasosegada, y perdería el alma.

Cosas de esta hechura juntas me ponía delante, que no era en mi mano pensar en otra cosa, y con esto una aflicción y oscuridad y tinieblas en el alma, que yo no lo sé encarecer. De que me vi así, fuime a ver el Santísimo Sacramento, aunque encomendarme a El no podía. Paréceme estaba con una congoja como quien está en agonía de muerte. Tratarlo con nadie no había de osar, porque aun confesor no tenía señalado.

9. ¡Oh, válgame Dios, qué vida esta tan miserable! No hay contento seguro ni cosa sin mudanza. Había tan poquito que no me parece trocara mi contento con ninguno de la tierra, y la misma causa de él me atormentaba ahora de tal suerte que no sabía qué hacer de mí.

¡Oh, si mirásemos con advertencia las cosas de nuestra vida! Cada uno vería por experiencia en lo poco que se ha de tener contento ni descontento de ella.

Es cierto que me parece fue uno de los recios ratos que he pasado en mi vida. Parece que adivinaba el espíritu lo mucho que estaba por pasar, aunque no llegó a ser tanto como esto si durara. Mas no dejó el Señor padecer mucho a su pobre sierva; porque nunca en las tribulaciones me dejó de socorrer, y así fue en ésta, que me dio un poco de luz para ver que era demonio y para que pudiese entender la verdad y que todo era quererme espantar con mentiras.

Y así comencé a acordarme de mis grandes determinaciones de servir al Señor y deseos de padecer por El; y pensé que si había de cumplirlos, que no había de andar a procurar descanso, y que si tuviese trabajos, que ése era el merecer, y si descontento, como lo tomase por servir a Dios, me serviría de purgatorio; que de qué temía, que pues deseaba trabajos, que buenos eran éstos; que en la mayor contradicción estaba la ganancia; que por qué me había de faltar ánimo para servir a quien tanto debía.

Con estas y otras consideraciones, haciéndome gran fuerza, prometí delante del Santísimo Sacramento de hacer todo lo que pudiese para tener licencia de venirme a esta casa, y en pudiéndolo hacer con buena conciencia, prometer clausura.

10. En haciendo esto, en un instante huyó el demonio y me dejó sosegada y contenta, y lo quedé y lo he estado siempre, y todo lo que en esta casa se guarda de encerramiento y penitencia y lo demás, se me hace en extremo suave y poco. El contento es tan grandísimo que pienso yo algunas veces qué pudiera escoger en la tierra que fuera más sabroso. No sé si es esto parte para tener mucha más salud que nunca, o querer el Señor -por ser menester y razón que haga lo que todas- darme este consuelo que pueda hacerlo, aunque con trabajo. Mas del poder se espantan todas las personas que saben mis enfermedades. ¡Bendito sea El, que todo lo da y en cuyo poder se puede!

SANTA TERESA DE JESÚS O DE ÁVILA

Publicações em 08 Junho

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Publicações em 08 de Junho 2018:








Onde há humildade há sabedoria


"Quia respexit humilitatem ancillae suae" – porque olhou para a baixeza da sua escrava... Cada vez me persuado mais de que a humildade autêntica é a base sobrenatural de todas as virtudes. Fala com Nossa Senhora, para que Ela nos ensine a caminhar por esta senda. (Sulco, 289)

Se recorrermos à Sagrada Escritura, veremos como a humildade é um requisito indispensável para nos dispormos a ouvir Deus. Onde há humildade há sabedoria, explica o livro dos Provérbios. A humildade consiste em nos vermos como somos, sem disfarces, com verdade. E ao compreendermos que não valemos quase nada, abrimo-nos à grandeza de Deus. Esta é a nossa grandeza.

Que bem o compreendia Nossa Senhora, a Santa Mãe de Jesus, a criatura mais excelsa de todas as que existiram e hão-de existir sobre a terra! Maria glorifica o poder do Senhor, que depôs do trono os poderosos e elevou os humildes. E canta que n'Ela se realizou uma vez mais esta providência divina: porque olhou para a baixeza da sua escrava; portanto, eis que, de hoje em diante, todas as gerações me chamarão bem-aventurada.

Maria manifesta-se santamente transformada, no seu coração puríssimo, em face da humildade de Deus: o Espírito Santo descerá sobre ti e a virtude do Altíssimo te cobrirá com a sua sombra. E, por isso mesmo, o Santo que há-de nascer de ti será chamado Filho de Deus. A humildade da Virgem é consequência desse abismo insondável de graça, que se opera com a Encarnação da Segunda Pessoa da Santíssima Trindade nas entranhas da sua Mãe sempre Imaculada. (Amigos de Deus, n. 96)

Temas para reflectir e meditar

Caridade perfeita


Não se trata de um crescimento quantitativo, como o de um montão de trigo, mas qualitativo, como quando o calor se torna mais intenso, ou como quando a ciência, sem chegar a conclusões novas, se torna mais penetrante, mais profunda, mais unificada, mais certa. 
Assim, a caridade tende a amar mais perfeitamente, de modo mais puro, mais estreitamente, a Deus acima de tudo, e ao próximo e a nós mesmos, para que glorifiquemos a Deus no tempo e na eternidade.

(R. Garrigou-LagrangeLa Madre del Salvador, Rialp, Madrid 1976, pg. 106, trad ama)

Evangelho e comentário


Tempo comum

Sagrado Coração de Jesus

Evangelho: Jo 19, 31-37

31 Os judeus, visto que era o dia da Preparação, para que os corpos não ficassem na cruz no sábado, porque aquele dia de sábado era de grande solenidade, pediram a Pilatos que lhes fossem quebradas as pernas e fossem retirados. 32 Foram, pois, os soldados e quebraram as pernas ao primeiro e ao outro com quem Ele havia sido crucificado. 33 Mas, quando chegaram a Jesus, vendo que já estava morto, não Lhe quebraram as pernas, 34 mas um dos soldados trespassou-Lhe o lado com uma lança e imediatamente saiu sangue e água. 35 Quem foi testemunha deste facto o atesta, e o seu testemunho é digno de fé e ele sabe que diz a verdade, para que também vós acrediteis. 36 Porque estas coisas sucederam para que se cumprisse a Escritura: “Não Lhe quebrarão osso algum”.37 E também diz outro passo da Escritura: “Hão-de olhar para Aquele a quem trespassaram”.

Comentário:

A Liturgia repete a publicação do trecho do Evangelho de São João – hoje, 12 de Junho – em que a Igreja celebra a solenidade do Sagrado Coração de Jesus.
E é muito apropriado porque nos leva a pensar nesse Coração Amantíssimo que se ofereceu por toda a humanidade até não lhe restar uma gota do Seu Precioso Sangue.

Nunca amaremos como esse Coração nos amou – nos ama – com um Amor total e incondicional que, não obstante as nossas misérias fraquezas, espera que Lhe retribuamos com todo o amor que possamos.

(ama, comentário sobre Jo 19, 31-37, 2015.06.12)

Doutrina – 431


CATECISMO DA IGREJA CATÓLICA
Compêndio


PRIMEIRA PARTE: A PROFISSÃO DA FÉ
SEGUNDA SECÇÃO: A PROFISSÃO DA FÉ CRISTÃ
CAPÍTULO TERCEIRO


«CREIO NA VIDA ETERNA»

210. O que é o purgatório?


O purgatório é o estado dos que morrem na amizade de Deus, mas, embora seguros da sua salvação eterna, precisam ainda de purificação para entrar na alegria de Deus.

Reflexões em Junho - 2

2- O que é, no fim e ao cabo, a devoção ao Sagrado Coração de Jesus?

Eu penso que é algo muito íntimo e pessoal porque se trata exactamente de dar expressão concreta ao maior e mais sublime sentimento humano: o Amor!

Aquelas invocações que, desde miúdo me habituei a ouvir e, depois, a repetir pela vida fora, como: “Sagrado Coração de Jesus faz com que Te ame cada vez mais”, e muitas outras do mesmo teor, concretizam o que acabo de dizer.

A nossa relação com o Sagrado Coração de Jesus é uma relação de amor.

(AMA, reflexões, 2018)

Perguntas e respostas

A CLONAGEM

B. ÉTICA DA CLONAGEM

2. Que dificuldades éticas coloca a clonagem humana?

A clonagem danifica seriamente a dignidade humana em vários aspectos:

Um cientista decide que património genético vai ter um ser humano e ninguém deseja que o manipulem tão profundamente.
O clone seria uma cópia de um original. A sua dignidade é menor. Pode falar-se de cópia defeituosa conforme se pareça com o original.

O clone não é fruto do amor humano conjugal, mas sim produto de uma fabricação. O clone é utilizado para satisfazer desejos alheios.

As relações familiares alteram-se.

Por exemplo, uma mulher poderia ser gémea da sua mãe e não necessitar de pai.
A mulher perde valor na sua maternidade e passa a ser um útero de aluguer ou prestadora de óvulos.

Pequena agenda do cristão

Sexta-Feira


(Coisas muito simples, curtas, objectivas)




Propósito:

Contenção; alguma privação; ser humilde.


Senhor: Ajuda-me a ser contido, a privar-me de algo por pouco que seja, a ser humilde. Sou formado por este barro duro e seco que é o meu carácter, mas não Te importes, Senhor, não Te importes com este barro que não vale nada. Parte-o, esfrangalha-o nas Tuas mãos amorosas e, estou certo, daí sairá algo que se possa - que Tu possas - aproveitar. Não dês importância à minha prosápia, à minha vaidade, ao meu desejo incontido de protagonismo e evidência. Não sei nada, não posso nada, não tenho nada, não valho nada, não sou absolutamente nada.

Lembrar-me:
Filiação divina.

Ser Teu filho Senhor! De tal modo desejo que esta realidade tome posse de mim, que me entrego totalmente nas Tuas mãos amorosas de Pai misericordioso, e embora não saiba bem para que me queres, para que queres como filho a alguém como eu, entrego-me confiante que me conheces profundamente, com todos os meus defeitos e pequenas virtudes e é assim, e não de outro modo, que me queres ao pé de Ti. Não me afastes, Senhor. Eu sei que Tu não me afastarás nunca. Peço-Te que não permitas que alguma vez, nem por breves instantes, seja eu a afastar-me de Ti.

Pequeno exame:

Cumpri o propósito que me propus ontem?