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28/02/2017

Hoy el reto del amor es aprovechar el miedo para mirar a Cristo.

CON CUIDADITO Y SUAVIDAD

Ayer estaba regando las plantas de la sala. Para ello, me bajo un cubo lleno de agua y sumerjo los tiestos. ¡Así las orquídeas me están durando más que nunca!
Al terminar el proceso, cogí el cubo y salí a la huerta. En ese momento descubrí que llevaba las deportivas limpias, la bata recién lavada... y hacía un frío siberiano de categoría.
"No puedo mojarme...", pensé.
Traté de lanzar el agua lejos de mí. Pero, ¡zas!, la base del cubo se me resbaló de la mano, el cubo se balanceó en el asa que aún tenía agarrada y, tras un giro de 180º, disfruté de un segundo bautismo casi por inmersión. ¡No hay nada peor que ir con miedo!
Pero... ¿quién no ha sentido miedo alguna vez? Ante un nuevo puesto de trabajo, una situación desconocida o, simplemente, por un comentario... ¡el miedo llega cuando menos lo esperas!
Dando vueltas a esto, he descubierto que en el Evangelio el Señor nos invita a "no tener miedo": es lo que le dice el ángel a María, a José, a los pastores... es lo que dice Jesús a los discípulos y lo que escuchan las mujeres en la Resurrección.
No podemos elegir el sentir miedo o no; pero podemos decidir entre quedarnos paralizados o dar un salto de confianza, mirar a Cristo sabiendo que Él es quien lleva nuestra barca: ¡llegaremos a buen puerto, aunque haya olas por el camino!

Hoy el reto del amor es aprovechar el miedo para mirar a Cristo. Te invito a que, si hoy algo acelera un poco tu corazón, te des un minuto para mirar al Señor. Para con Él y pregúntale cómo afrontarlo. ¡Vívelo con Él, siente su Mano sosteniendo la tuya! ¡Feliz día!

VIVE DE CRISTO, Año del Señor 2017, Lerma, 12 de enero


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